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୧narrador omnisciente୨
Quackity de hallaba tranquilo en su oficina, firmando papeles como todos los días, en eso toque en la puerta lo distraen preguntando quien es.
⊱Soy yo Quackity from las Nevadas, Slime!⊰
Ahora con una sonrisa en su rostro al saber que era su mejor amigo le permitió entrar, viendo como este venía algo nervioso, preocupado rápidamente le preguntó, teniendo una respuesta no muy agradable.
⊱Karl y Sapnap from Kinoko quieren hablar con usted Quackity from las Nevadas⊰
Quedó en blanco, estático en su lugar ante estas palabras, solamente le dijo a Charlie que los dejara pasar y que hablaría con ellos en la oficina, al ya estar solo cerro la puerta yendo a su lugar firmando nuevamente papeles aun pendientes.
A los minutos pudo escuchar nuevamente toques en la puerta, afirmando que podían entrar, así la puerta pudo dejar ver a cierto castaño y peli-negro de banda blanca.
Quackity se levantó yendo hacia ellos viendo como el de banda cerraba la puerta tras de si.
⊱Que quieren, creo que dejamos muy en claro todo aquella vez⊰
Karl empezó a llorar sin poder evitarlo, yendo a abrazar al híbrido, mientras le repetía que lo lamentaba y que había vuelto a recordar todo, Sapnap el cual veía todo igualmente se unió al abrazo, Quackity ante esto tampoco pudo evitar llorar, abrazando a ambos con fuerza.
⊱ De verdad.. ¿Me recuerdas?⊰
Karl se separó sin dejar de abrazarlo, dándole un suave pero desesperado beso le cual fue correspondido a los segundos, el azabaches de puso detrás del pato abrazando su cintura posando su barbilla en su hombro disfrutando el dulce olor que siempre mantenía su ahora ya pareja.
El beso se fue intensificando siendo detenido por la falta de aire, la cabeza de Quackity fue dada vuelta siendo besado ahora por el peli-negro, el cual baja su mano al trasero del menor apretando este como si fuera una masa.
⊱⊰
Estaba recostado en su mueble con las piernas abiertas en una posición en cuatro, mientras si entrada era tomada y embestida por el castaño su calidad bucal era usada de manera placentera por el de banda blanca, sus ojos en blanco y como sus paredes abrazaban de manera fascinante al miembro del más alto le encantaba, su ropa y la de sus dos parejas había quedado botada en alguna parte de aquella oficina, la cual era llenada por el choque entre sus pieles y los gemidos y jadeos ahogados del azabache, y de vez en cuando algún jadeo o gruñido del castaño o de banda.
Sentia como su cuerpo empezaba a temblar y como en la parte inferior de su estómago sentía un cosquilleo, y en un gran grito ahogado por el pene del peli-negro pudo llegar al orgasmo, seguido del castaño el cual inundó su interior con su "semilla" y de último el de banda el cual se había venido en su boca, que con gusto se tomó aquel líquido medio blanco.
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