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୧narrador omnisciente୨
Noche tranquila de verano, donde jóvenes aprovecharon para hacer una fiesta en aquella playa tan popular en la gran ciudad, en una de las cabañas donde podían estar tranquilos.
Quackity; joven de pelo azabache y ojos marrones, piel blanca y con una cicatriz poco notorio en su ojo dado a un accidente con unos vidrios.
Se encontraba bebiendo mientras cantaba y bailaba con su pareja: Luzu, joven de pelo castaño y ojos de un marrón claro que con la luz de la Luna reflejaba un brillo rojizo, de piel pálida.
Ambos reían tanto por el alcohol en su sangre como por los coqueteos o chistes del más bajo.
⊱Lo siento mi Lusu, pero tengo que ir al baño, ya sabes⊰
Se despidió llendo de manera lenta del lugar buscando el baño, tambaleándose de un lado a otro debes en cuando sujetándose entre paredes o personas, demoró unos minutos hasta que su vista pudo visualizar un baño.
Cuando entró solo pudo ver una gran cama con una persona dentro, esta misma al ver al de baja estatura se quedó confundido.
⊱¿Que haces aquí?...¿Quackity..?⊰
⊱¿ Desde cuando los baños tienen cama ⊰
Aquello desconcierto al castaño de ojos rubí, acercándose de manera calmada al menor tomándolo desde sus codos para acercarlo de manera cuidadosa.
⊱¿Lusu?⊰
El castaño quedo en silencio con una cara sería, por que aunque se llamará igual, sabía que se refería a su pareja.
El más bajo ante el alcohol y la poca luz que se hallaba beso de manera casi desesperada al castaño, el cual aún estando sobrio acepto gustoso aquellos labios carnosos, mordiendo el labio inferior, el azabache ante esto abre la boca en un jadeo dando bienvenida a la lengua del más alto el cual saboreaba y jugaba con su propia lengua dando un baile entre estas.
Cerró la puerta detrás del más bajo, el cual se apegaba cada vez más a su cuerpo buscando más de aquel contacto físico tan atrevido e íntimo.
Aquel ambiente cambio a uno caliente casi sofocante, mientras ambos se besaban a tal punto de casi comerse, ambas manos del oji-cafe pasaban atra vez de pecho y torso del mayor mientras que este bajaba desde su espalda hacia su trasero, apretandolo y separandolo como si fuera un juguete amasable.
