Prólogo

183 44 32
                                    


Abrí los ojos sin haber dormido nada, los gritos de SeokJin y Marie se escuchaban por toda la casa.

Habíamos vuelto a Korea. Hace dos años de hecho

Hoseok y Jessica estaban en algún lugar de Europa, Jenny y Jungkook en el Caribe. Ya no era lo mismo.

No sin ella aquí.

No quedó nada suyo o nuestro, las fotos que teníamos fueron quemadas, solo tenemos su recuerdo.

Ese lindo rostro parece borrarse de mi memoria con cada día.

Me puse de pie encontrando a SeokJin en la cocina, limpiaba la sangre en el piso.

-Sigue sin querer tomar- dije sabiendo lo que pasaba.

-Creo que voy a tener que inyectarla como antes- asentí, era lo mejor.

Marie no está bien. Mucho más ahora que esta tan sola, pero tampoco se les podía culpar por querer alejarse de toda esta miseria.

-Papa llamó, otro aquelarre cayó. Fueron quemadas, vivas.- dijo este.

-Dices cayó.- reí con sorna. -Ambos sabemos quien es el responsable.

-Sus razones tiene.

-No todas ellas participaron en eso.

-Pero si libra al mundo es un par de ellas no veo que estaría mal.- dijo con enojo.

-El problema es que no es solo un par que esta matando. Van doce aquelarres, todos los de Estados Unidos y Países Bajos.

-Solo busca algo de paz

-No es la forma correcta

-Pero si la que conoce- justificó. -La amaba, y ni siquiera pudo descifrar lo que sentía porque la arrebataron de su lado. Yo habría hecho lo mismo si me arrebatan a Marie.- dijo por último antes de perderse por el pasillo hasta su cuarto.

Cerré los ojos buscando concentración y nada. No podía sentir a Yoongi desde ese día. Había roto los lazos de amistad que poseíamos y no podía sentirlo. Solo sabíamos de él cuando un grupo más de ellas moría. Siempre igual. Las quemaba vivas. Como a ella.

Aún recuerdo el día en que todo pasó. No pude tomarla, no pude sepultarla por encontrarme renuente a ver cómo había quedado. Hoseok lo hizo. Las chicas estaban destrozadas. Jenny enflaqueció, se deprimió y Jungkook la alejó de todos.

Jessica no salía de su cuarto, se alimentaba de Hoseok cual también estaba débil y poco cómodo por la situación con sus amigas y pareja. También se alejaron.

Marie comenzó a comportarse diferente. Había visto en su pasado, antes de ser vampireza. Que poseía síntomas latentes de esquizofrenia. Lo pasado parecía haberlos sacado a la luz.

Cuando veía sus ojos veía solo un campo de flores blancas, ella sentada en medio hablando sola. Sonriendo

Solo eso podía ver cuando la veía, siempre lo mismo. No hablaba para más que discutirle a su pareja para no comer y tardaba horas viendo la nada.

Me di un baño y cambié de ropa, tenía la sensación de deber hacer algo, pero no tenía nada pendiente. Luego lo supe.

Dejé de sentir al señor Kang, el hasta ahora viudo de la matriarca de las brujas había fallecido.

Tomé mis cosas, pasaporte y demás y toqué la puerta de SeokJin. -Um- dijo por lo bajo, había conseguido dormirla, eso lo consume más. Debe usar su poder con ella para dormirla.

-Debo ir a Daegu

-¿Porque?

-Traeré a Lluvia.

-¿Ya es tiempo?- sentí. -Felicidades por..- negué

-Aún no nos unimos, debo ganar su confianza.- aclaré -¿Estarás bien con ella aquí solo?

-Lo estaré, buen viaje.

Emprendí camino al aeropuerto, me causó gracia el hecho de que habían mas veces de las que eran necesarias para ofrecerme algo de comer, lo hubiese hecho si me ofrecen sangre. Al final acepté y envase con jugo y galletas, uno que coloqué en mi bolso para desechar luego.

Aunque. Ella es mortal aún.

Debí haber pasado por algún lugar a abastecerme, en casa de SeokJin solo tenemos sangre.

Cuando el vuelo terminó me puse manos a la obra para conseguir un auto, nunca había venido así que me guiaría meramente por mi sentir hacia ella.

Cosa débil aún pues no nos hemos visto más que una vez a través de la cámara hace 5 años.

Llegué a una zona poblada solo de plantas y ahí, por la cercanía, el olor. Lo supe.

Los inmortales vendrían, más bien. Habían tomado camino antes que yo, apresuré mi paso y llegué a la cabaña en segundos.

Estaba prácticamente destruida, pero sabía que así era, luego de la muerte de la bruja madre este debía ocultar a su hija de las brujas para evitar que la alejen, habíamos colaborado juntos por años con el propósito de yo cuidar de mi futura pareja y él cuidar de la vida de su hija.

Solo debía esperar a que el muriera, había visto su muerte solo que no sabía con exactitud cuando.

Toqué tres veces a la puerta y me abrió, cabello blanco y negro por haber alcanzado la adultez, era obvio que era la heredera legítima al matriarcado bruja.

Ojos de colores igualmente y esa aura de inocencia que podría engañar a cualquiera, menos a mi. -Debe ser el amigo de mi padre

-Kim Namjoon

-Terminaré mi ritual antes- dijo y cerró la puerta dejándome fuera.

Olí al alrededor, faltaban unos minutos para que llegaran los inmortales y lo supe. Ella estaba embarazada. Es peligroso ahora que quien desempeñaba como su cuidador no está. Tomé mi teléfono.

-Jungkook

-¿Que pasó Hyung?

-¿Recuerdas esos inmortales que conociste en Seúl?

-Lo hago

-Debo llevarlos conmigo, ella está en cinta.

-Ohh, supongo que necesitan protección.

-Si, al menos hasta que él nacido cumpla un año de vida.

-Bien, regresaremos.

-Gracias- suspiré -¿Podrían cargar el refrigerador con comida humana? Iré directo con los 3

-¿3?

-Mi pareja ya está lista.





La historia será en base a la perspectiva de nuestra protagonista, pero con el prólogo quería hacerlo así. 🫶🏽

.

DeliberadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora