Deliberado

Capítulo 18

-¡Mira esas lindas mejillas coloradas!- reí por lo que dijo.

-Jenny

-No, no muestras mucho. Créeme.

-Sabes lo que pienso aun sin leerme- la vi reír mientras acomodaba su bikini. El suyo era aún más revelador.

-Conozco esa cara. Además, no deberías preocuparte, el de Jess es apenas un par de hilos.

-Y el tuyo- asintió dándome la razón.

-Vamos, solo espero que el troglodita con que duermo no diga nada.

Habíamos pasado el día ambas encerradas, comiendo, conversando, riendo por lo hablado, recordando.

Ambas aparecimos frente a la playa, ya era atardecer y los demás estaban sentados en distintos lugares. Una mesa repleta de comida, un pastel, carne asando.

Todos llevaron su vista a mi, incluso él, luego la desvió con rapidez, como si mirarme quemara, se que fui mal educada al dejarlo plantado en aquel lugar pero no es propio de el.

Debía disculparme.

Los chicos se acercaron y felicitaron a la vez que el pelinegro le daba una matadora mirada a Jenny, lo vi cargarla sobre su hombro y desaparecer del lugar. Se quejó pero su rostro reflejaba diversión.

Jess me llevó con ella y Hoseok, y Hana me tendió algo de carne de inmediato. Nos enfrascamos en una amena conversación la que aseguraban iríamos a la playa mas tarde.

-Esto aquí me trae recuerdos de donde viviamos amor- Taehyung abrazaba a su esposa mientras esta se encontraba sentada en su regazo.

-Y a mi, pero ahora me gusta mucho más.

-¿Se han mudado mucho?- quise saber.

-Nos mudábamos cada 10 años, aveces menos.

-Si, en Seul no duramos mucho.- aclaró esta. -Me gustaba mucho Paris.

-A mi cualquier lugar, si ella estaba era mi lugar favorito.

-¡Que lindos son!- chilló Jess -Sería lindo un viaje todas juntas. Solo las chicas, cuando nazca su hijo. Lo dejas con su papá y sus tíos y nos perdemos unos meses.

-Deliras honney, no te alejarás de mi- que lindo.

Jenny apareció frente a mi con otro bikini luego de media hora, se veía sonreír. -Te mostraré mi regalo y de Jungkook- tomó mi mano y aparecimos dentro de un estudio muy lindo.

Tenía un espacio con muchos libros y otro con una mesa para trabajar, un tramo completo lleno de especies.

-¿Te gusta?

-¡Es grandioso!

-Los libros te los regaló Namjoon, lo demás nosotros.- pronunció con orgullo -Los dejaré hablar.- esta desapareció del lugar sin dejarme reaccionar siquiera a sus palabras.

-Hola

-Lo siento- fui al grano -Es que me sentía algo abrumada y..

-Lo entiendo, no tienes que preocuparte o disculparte. ¿La pasaste bien?- asentí apenada. -Quiero mostrarte- este se acercó a uno de los estantes y luego de pulsar algo este se giró dejando ver el frasco donde yacían los recuerdos de Marie. -Es por huella- pidió mi mano y la colocó sobre una pantalla varias veces a la vez que tecleaba.-Solo Jungkook, tu y yo tenemos acceso. Recuerda que ella no puede verlos siquiera.

-Bien, entiendo.- no lo miraba, estaba apenada.

-Pareces molesta, conmigo.- ¡¿como se le ocurre algo así?!, sentía pena por mi persona, por ser tan tonta y desperdiciar la oportunidad de pasar unas horas agradables con el.

-No lo estoy

-Decepcionada quizás

-¿Es correspondido? ¿Quien ama lo corresponde? Porque si no es así yo...- mi frase fue cortada por sus labios sobre los míos presionando con ganas.

Me separé para mirarlo, no lo esperaba. Sus hermosos y llamativos ojos estaban sobre los míos y ese simple hecho me hizo acercarme nuevamente a el. Sus labios eran suaves y carnosos, húmedos y fríos. Pero no de un frío que me molestara, me gustaba sentirlo, sus manos sostenían mi cintura con suavidad.

-Eres tu, tu eres a quien amo- pronunció apenas separarse, su respiración estaba sobre la mía tentándome a más.

-Señor.. yo

-Lluvia- Marie estaba frente a nosotros, traía un regalo en sus manos y su hermoso cabello rojo iba en su torso. Su vista fue tras de mí y su ceño se frunció a la vez que dejaba caer el regalo. -¡Es mío, tomaste algo mío!.- sus ojos iban en rojo cual sangre.

El haber tomado sus recuerdos era peligroso, pues esta podía reaccionar de manera agresiva al verlos o al momento de devolverlos, por eso el tenerlos ocultos, aún así, si el frasco se rompe estos volverán a ella y regresará a ser lo que era antes de tomarlos, el proceso qué hicimos no se podría repetir, su daño sería permanente.

-No mires sus ojos.- ya lo había hecho, no podía apartar mi mirada y no escuché mas que zumbidos.

Sentí una sensación extraña en todo mi cuerpo, mi piel se erizó, mi vientre se contrajo y tuve la necesidad de gritar por la opresión que sentía.

Mis rodillas cedieron y me sentí flotar a la vez que un punzante dolor en mi cuello se hacía presente.

Ustedes esperando que el Namvia tenga acción y al final Marie le dió su primer orgasmo. 🤡

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