Capítulo 24

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Subí otro capítulo antes que este, no sean golosas 🤭

Nos manteníamos ambos uno abrazado al otro, yacíamos sentados sobre la cama, yo sobre su regazo. Apenas había dejado de llorar. Pero continuaba pegada a el, y el a mi.

Me sentía fatal, pensé mal de el, de su amor por ella y solo era el amor de un padre hacía su hija. También le tocó verla en esas condiciones, y vivir todo eso callando sus sentimientos.

-¿Se siente mejor?- lo sentí afirmar con la cabeza. -Lamento haberlo malentendido. Pero es que no sabía...

-Lo se, no debí ocultarte esto.

-Tranquilo, ¿los demás lo saben?

-No.

-¿Quiere contarme como era ella?

-Hermosa, era hermosa.- me apretó con mas fuerza. -Hacen casi 800 años decidí viajar, con mi tío. En uno de esos viajes conocí a una ninfa, acabé cometiendo el error de beber de ella y en este momento agradezco que mi tío haya llegado a tiempo antes de que intimáramos, de ser así nunca habría podido alejarme.- se detuvo por unos minutos y luego continuó -El tenía el don del dolor, La obligó a liberarme. Estaba resentida, decía que me amaba y que solo la usé pero no era así, lo juro. Pasaron unos años en los que no la vi más, luego apareció, parecía cambiada, en su forma de ser, más tranquila, sumisa. Luego que volvió a mi y estuvimos juntos, solo intimamos un par de veces, pero un día apareció en mi puerta, quería que me fuera con ella, era la próxima en ser reina, pero me negué, no la sentía como mía y en ese tiempo no sabía como usar mi poder como ahora. Así que creí que se había ido y me fui a dormir. Al despertar ella había matado a mi tío y dejado una carta diciendo que acabaría con eso que alguna vez sintiera amar.-  lo sentí moverse para limpiar su rostro pero volvió a esconderlo en mi cuello. -Luego de años conocí a los Min, Yoongi estaba encaprichado con una y le prometí ayudarlo, pero debía hallarla ya que ella había huido de el, cuando llegó con ella no esperé sentirla como lo hice, tenía mis genes por toda ella, era mía. Con solo verla lo supe. Sentí a su madre también, el momento en que fue concebida. Su vida.

-¿Como era su relación?

-Me quería mucho- lo vi reír -Bromeaba, decía que era como su padre- su sonrisa mostró tristeza. -Ahora ella no está y siento que le fallé.

-No lo hizo

-Pude protegerla, en mas de una ocasión. Y no lo hice. La vi amarlo, quería hacer eso por ella, acercarlo a ella. En eso también fallé. Ni siquiera le dije.

-¿Porqué no lo hizo?

-No... no lo sé, creía que teníamos mas tiempo. Que ella..., no sabía como.

-Lo siento.

-Alguien quiso dañarla, en casa. Recuerdo que fue la primera vez en mi vida en sentir rabia, quería golpearlo, acabar con él. Luego vi lo que Min haría con él y una vez más me hice a un lado, para que lo hiciera el. Pero nunca pude protegerla como merecía, si así fuera ella estaría aquí. Conmigo.

-No debería guardar todo esto, al menos sus amigos deberían saberlo.

-Lo sabes tu ahora- me miró a los ojos y me sentí flaquear. -Eres mi pareja, mi soporte, lo único que me mantiene en pie luego de lo que pasó con ella.- tomé la carta entre mis manos y se la mostré.

-Lamento haber dudado, y leerla sin su permiso. Sus palabras son hermosas, es muy lindo querer despedirse de ella de esta manera. ¿La leo para usted?- asintió

No sabía si la guardaría luego o que haría con ella, pero supongo que sería reconfortante para él. La había encontrado entre un libro polvoriento, parecía llevar años ahí.

Pequeña, mi pequeña flor que sobrevive a la adversidad, que huye del mal, que persiste y gana corazones. Sin tu existencia la mía pierde sentido, sin tu sonrisa la mía amenaza con desaparecer. ¿Que debo hacer para que vuelvas? ¿Morir? ¿Buscar la forma de hallarte?

Por mi apuro de verte feliz solo hice que lágrimas cayeran por esas hermosas esmeraldas que llamas ojos, te fallé. No debí buscar tu amor en alguien más, con el mío bastaba para rebosar el mundo, tu mundo. Ahora no estas, mi vida se fue y no hice nada para cuidarte. Unica eres en mi vida. Única en mi corazón. Te amo pequeña flor .

Lo ví volver a llorar mientras doblaba la carta y la colocaba sobre la mesa ratona. -Es hermoso eso que siente por ella. Estoy segura de que ella lo amó también.

-Gracias- besó mis labios y lo permití, lo amaba y extrañaba. Y justo ahora lo necesitaba. -Das sentido a mi vida.

-Y usted a la mía. Lo amo señor.








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DeliberadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora