Deliberado

Capítulo 1

Terminé el ritual de Asunción con lágrimas en los ojos, mi padre.

Lo único que tenía en este mundo se fue.

Mi guía, mi maestro, mi amigo, mi todo. Ahora sin él se había roto el cerco que había puesto mi madre antes de morir, ellas sentirían mi poder en cualquier momento.

Antes de morir me dijo que alguien vendría por mi, que cuidaría de mi como pago a los favores realizados, ahora debía ir con un vampíro, solo para mantenerme a salvo.

Recité un conjuro para que el cuerpo de padre sea quemado apenas nos alejáramos lo suficiente y lloré un poco más.

Cuando salí de la cabaña lo hice solo con los libros dentro de mi bolso, pesaban cuando los coloqué, el trayecto será lento.

Mi vista fue a un par de personas que logré identificar, eran la pareja de inmortales que habían creado amistad con padre los últimos años.

-Lamento su pérdida- dijo la chica abrazando mi cuerpo, asentí en respuesta. Estaba diferente.

-Está en cinta.

-Tal parece- dijo está con clara emoción en su rostro.

-Lamento no poder ayudarlos, debo partir por protección- señalé al vampíro frente a nosotros. Ese imponente moreno que hace que mis piernas pierdan la fuerza.

-Vendrán con nosotros- giré mi rostro tratando así de preguntar el porque. -Los perseguirán por el inmortal nacido y no tendrán cómo defenderse.

-Me refiero a que ¿porque los ayuda?- no es propio de los vampiros ser ayudadores. Más bien suelen pedir algo a cambio.

-Su padre lo haría, era mi amigo- asentí no queriendo cuestionar.

-Debemos ir por nuestras cosas.

-¿Está muy lejos?

-Dos horas en coche- lo ví negar.

-Tomaremos camino, cuando estemos en el Claro iré por sus cosas. Tienen una maleta para estos casos- ambos asintieron. -Y sus pasaportes están en el coche- ambos lo miraron con sorpresa, al parecer así era.

-¿Como lo sabe?- lo ví reír.

-Un don

-Supongo que les preocupa su cachorro, lo traeré a salvo- dijo con tranquilidad.

Este tomó mi bolsa y adelantó el paso cuando traté de hablar para asegurarle que podía.

Este iba delante mientras yo seguía a la pareja, miraba cada cierto tiempo la cabaña que me vio nacer y que vio morir a mis padres, una lágrima rodó por mi mejilla.

Llegamos al aeropuerto directamente, la pareja no parecía confiar en que este iría por sus cosas. Pues siempre avanzábamos.

-Señorita Kang- se acercó a mi. -Se que tiene un conjuro para hacerme aparecer en el lugar deseado.- asentí, podía usarlo con una persona a la vez y no siempre aparecían en el lugar que se desea por eso casi no lo uso. -Uselo conmigo por favor, cuando estemos en el avión.

-¿Porque no ahora?- inquirí, pues esperaríamos una hora antes de abordar.

-Soy su única protección justo ahora, para los tres.- entendí su punto. -Ya en el avión no pueden acercarse para dañarlos.