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Joaquín ya ha perdido la cuenta de la cantidad de pañuelos que ha pedido, pero es que simplemente no podía dejar de llorar.

La obra era tan conmovedora y jugaba con sus sentimientos cruelmente, aún así le encantaba. La trama estaba basada en el siglo XIX, dónde 2 personas provenientes de familias de alto nivel jerárquico — tal cómo lo son los duques y los condes — se conocen a través de un trato para que el futuro conde pueda recibir clases para aprender a hablar el alemán tal cómo su padre desea.

Eventualmente los dos se enamoran y lamentablemente deben ocultarlo por el bien de ambos.

El camino a la felicidad no lo tienen fácil y por supuesto que ambos sufren demasiado en el camino, pero una vez escuché que las almas destinadas siempre terminan juntas, no importa cuánto intenten separarlas.

Joaquín realmente agradeció que, después de casi secarse en lágrimas, una sonrisa cálida saliera de él cuándo vió a los 2 hombres ir directamente hacía 1su hogar, sin importarles nada más que la felicidad que anhelaban juntos.

Oh, ¿mencioné que los personajes principales son hombres? Bueno, lo son.

Originalmente eran una pareja heterosexual, pero después de aquella visita de Karol, Emilio pudo ver pequeños cambios en el comportamiento del castaño, cambios que verdaderamente no le gustaban. Así que ésta fué su manera de decirle a Joaquín que todo estaba bien, que ni le importaba lo que aquel estúpido crítico pueda decir de él y su obra.

Aunque justo ahora, viendo el guión pasar cómo debe de ser, se está cagando del miedo.

Sólo salió de su mundo cuándo vió al castaño de su lado saltar de su asiento efusivamente sólo para aplaudir y gritar en dirección al escenario. ¿Ya había acabado? Gracias a Dios, podía ir a encerrarse al cubículo del baño y no salir de ahí en un año quizás.

Pero el mayor realmente estaba considerando aquello sólo porque al parecer no se dió cuenta que Joaquín no era el único que estaba aplaudiendo y vitoreando cómo loco.

Cuándo Emilio miró hacía atrás y vió a todo el teatro de pié gritando, aplaudiendo y algunos secando sus lágrimas, sintió cómo su pecho se oprimía en una extraña sensación. Pronto las personas comenzaron a acercarse para dar felicitaciones que Emilio no tenía ni idea de cómo responder, sólo daba su mejor sonrisa esperando que eso funcionara.

Besó a sus hijos, a sus hermanas y a su madre y después de eso el oji-café quiso gritar de frustración de ver cómo Joaquín no quería acercarse mucho. Emilio quería abrazarlo, besarlo y decirle que todo estaba bien, que no tenía nada de qué preocuparse, pero cuándo él daba un paso Joaquín daba dos hacía atrás, era imposible.

El castaño no quería ser egoísta con él, él merecía todo el reconocimiento del mundo por ésto.

Y de pronto quiso llorar, porque se sintió cómo el personaje de aquella obra, sin embargo, él sólo le sonrió a su amado, no hicieron falta las palabras para que Emilio supiera lo mucho que lo ama y lo mucho que le enorgullece su trabajo.


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El Niñero // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora