2 meses pasaron desde que Joaquín volvió nuevamente a trabajar a la mansión Osorio, pudo mejorar su relación con los niños, con Leidy y con Emilio, con Karol... No tanto, pero lo suficiente para compartir algunas palabras, aunque no siempre la veía y cuándo lo hacía eran a penas unos minutos. Sí, corría con esa suerte y él estaba realmente agradecido.
Cómo cada mañana, Joaquín tomó un baño, se envolvió en su bata una vez que terminó y bajó para tomar el desayuno. Entró al comedor, saludó con su característica sonrisa y se sentó en el comedor, justo dónde Leidy puso un plato de comida delante. Afortunadamente, los miembros de la familia Osorio pudieron acostumbrarse a que el castaño desayunara con ellos, ya no lo encontraban raro ni fuera de lugar, ni siquiera Emilio lo hacía. De hecho, el rizado esperó hasta que Joaquín estuvo sentado a su lado para comenzar a ingerir su desayuno.
Todo marchaba cómo acostumbraba, Emilio preguntando acerca de alguna novedad sobre los estudios de sus hijos ó sobre la terapia de Allie, seguido por anécdotas divertidas del castaño que hacían estallar a carcajadas a los menores y lograr sacar alguna que otra risa silenciosa de parte de Leidy y de Emilio.
Conforme el tiempo pasaba, el cabello mojado de Joaquín debido a su antigua ducha se fué secando y sus rizos se fueron marcando aún más. Emilio observó curioso cómo eso pasaba y cómo el cabello ya no se veía tan largo debido a lo antes mencionado.
"¿Son reales?" - Pensó en voz alta, todos lo miraron con confusión sin saber a qué se refería. - "Tus rizos... Todo el tiempo creí que tú los hacías con plancha ó algo así." - Explicó paciente, sus hijos rápidamente contuvieron su carcajada y voltearon a ver a Joaquín divertidos.
Leidy negó con la cabeza y esperó a que Joaquín simplemente... Explotara."¿Perdón? Yo creo que mi cabello se vé bastante real." - Le respondió indignado, ¿Cómo fué capaz de meterse con su cabello? Su lindo y hermoso cabello.
"Ya, lo siento, sólo fué una confusión." - Emilio rodó los ojos, sabía que Joaquín podía llegar a ser muy dramático si así lo quisiera. Joaquín entrecerró sus ojos en dirección al rizado y sin decir nada más devolvió si vista a su plato y continuó comiendo en silencio.
Los menores rieron por lo bajo, los 3 estaban más que acostumbrados a aquellas peleas tontas durante el desayuno. Si el café debe ser dulce ó amargo, si el pan debe llevar mantequilla ó no, si es mejor el frío ó el calor, y ahora; los rizos de Joaquín son falsos ó verdaderos.
A ninguno le importaba a decir verdad, sabían que nunca era algo grave ya que todo terminaba siempre en lo mismo; Emilio pidiéndole disculpas a Joaquín y aunque no siempre lo hacía delante de ellos, los 3 escucharon por lo menos una vez cómo Emilio llamaba a Joaquín a su oficina ó a cualquier otro lugar dónde él estuviera para disculparse sobre - "lo que dijo esa mañana", y al siguiente día se volvía a repetir.
Joaquín observó con desacuerdo cómo los niños se reían de él y los fulminó a los tres. - "Recuerden que yo tengo el control sobre sus permisos." - Las risas cesaron de inmediato, y Emilio tuvo que esconder su sonrisa detrás de su taza de café.
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El Niñero // Adaptación Emiliaco
Fiksi Penggemar"¿Me permite su currículum?" "¿Qué? Ah, sí." Le tendió la hoja. "Tenga." Emilio tomó la hoja, manchando un poco sus dedos de tinta roja. Frunció el ceño. "¿Crayola?" Preguntó. "Lápiz labial." Corrigió Joaquín con una sonrisa. "Por supuesto, que...