5

432 46 19
                                    

2 meses pasaron desde que Joaquín volvió nuevamente a trabajar a la mansión Osorio, pudo mejorar su relación con los niños, con Leidy y con Emilio, con Karol... No tanto, pero lo suficiente para compartir algunas palabras, aunque no siempre la veía y cuándo lo hacía eran a penas unos minutos. Sí, corría con esa suerte y él estaba realmente agradecido.

Cómo cada mañana, Joaquín tomó un baño, se envolvió en su bata una vez que terminó y bajó para tomar el desayuno. Entró al comedor, saludó con su característica sonrisa y se sentó en el comedor, justo dónde Leidy puso un plato de comida delante. Afortunadamente, los miembros de la familia Osorio pudieron acostumbrarse a que el castaño desayunara con ellos, ya no lo encontraban raro ni fuera de lugar, ni siquiera Emilio lo hacía. De hecho, el rizado esperó hasta que Joaquín estuvo sentado a su lado para comenzar a ingerir su desayuno.

Todo marchaba cómo acostumbraba, Emilio preguntando acerca de alguna novedad sobre los estudios de sus hijos ó sobre la terapia de Allie, seguido por anécdotas divertidas del castaño que hacían estallar a carcajadas a los menores y lograr sacar alguna que otra risa silenciosa de parte de Leidy y de Emilio.

Conforme el tiempo pasaba, el cabello mojado de Joaquín debido a su antigua ducha se fué secando y sus rizos se fueron marcando aún más. Emilio observó curioso cómo eso pasaba y cómo el cabello ya no se veía tan largo debido a lo antes mencionado.

"¿Son reales?" - Pensó en voz alta, todos lo miraron con confusión sin saber a qué se refería. - "Tus rizos... Todo el tiempo creí que tú los hacías con plancha ó algo así." - Explicó paciente, sus hijos rápidamente contuvieron su carcajada y voltearon a ver a Joaquín divertidos.
Leidy negó con la cabeza y esperó a que Joaquín simplemente... Explotara.

"¿Perdón? Yo creo que mi cabello se vé bastante real." - Le respondió indignado, ¿Cómo fué capaz de meterse con su cabello? Su lindo y hermoso cabello.

"Ya, lo siento, sólo fué una confusión." - Emilio rodó los ojos, sabía que Joaquín podía llegar a ser muy dramático si así lo quisiera. Joaquín entrecerró sus ojos en dirección al rizado y sin decir nada más devolvió si vista a su plato y continuó comiendo en silencio.

Los menores rieron por lo bajo, los 3 estaban más que acostumbrados a aquellas peleas tontas durante el desayuno. Si el café debe ser dulce ó amargo, si el pan debe llevar mantequilla ó no, si es mejor el frío ó el calor, y ahora; los rizos de Joaquín son falsos ó verdaderos.

A ninguno le importaba a decir verdad, sabían que nunca era algo grave ya que todo terminaba siempre en lo mismo; Emilio pidiéndole disculpas a Joaquín y aunque no siempre lo hacía delante de ellos, los 3 escucharon por lo menos una vez cómo Emilio llamaba a Joaquín a su oficina ó a cualquier otro lugar dónde él estuviera para disculparse sobre - "lo que dijo esa mañana", y al siguiente día se volvía a repetir.

Joaquín observó con desacuerdo cómo los niños se reían de él y los fulminó a los tres. - "Recuerden que yo tengo el control sobre sus permisos." - Las risas cesaron de inmediato, y Emilio tuvo que esconder su sonrisa detrás de su taza de café.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Niñero // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora