Emilio rodeó el auto hasta la puerta del copiloto y la abrió para que su chico pudiera salir, Joaquín felizmente le plantó un beso en la mejilla por tan dulce gesto y el rizado sonrió complacido.
Entraron tomados de las manos al restaurante delante de ellos, el recepcionista les abrió la puerta y los dejó ir después de desearles una velada amena y una cena deliciosa, claro, todo eso en un acento francés tan único.
Joaquín alzó una ceja cuándo vió el lugar vacío. Miró a su novio - "¿Porqué no hay nadie?"
"Cerré el restaurante" - Contestó cómo si fuera la cosa más común del mundo. Habló antes de que Joaquín comenzara a interrogarlo - "No estamos sólos, de todas formas" - señaló con su cabeza la única mesa ocupada en todo el lugar.
El castaño miró hasta allí y todos los presentes le sonrieron permaneciendo en su lugar, a la par que Allie agitaba su mano efusivamente. La pareja sonrió y caminó hasta allá para tomar asiento con su familia.
Joaquín exhaló feliz, será una gran noche.
Sus alimentos ya estaban por terminar, compartían un ambiente muy cálido y una charla muy amena. Se sentían realmente bien.
Ó al menos casi todos.
Emilio no dejaba de sudar, sus manos temblaban, ¿Qué demonios le pasaba? No recuerda haber estado así de nervioso nunca antes.
Se sobresaltó cuándo sintió su celular vibrar en su pierna, era un mensaje de Romina.
Romi: ¿dijo que si?
Mailo: Aún no se lo pido
Romi: 🤨. Estoy a punto de tomar un vuelo hasta ahí y hacerlo yo
Mailo: quiero ver que lo intentes
Ya no recibió respuesta, así que guardó su celular de nuevo en su bolsillo y de paso, limpió sus palmas sudorosas en la tela de su pantalón que cubrían sus muslos.
Miró al chico a su lado, se veía tan feliz, tan bonito. Era muy afortunado, totalmente.
Se llenó los pulmones de aire, y teniendo unos segundos de valentía, se levantó de su lugar llamando la atención de todos.
"Y-yo... tengo algo importante que decir" - Nadie dijo nada, simplemente esperaron a que continuara hablando - "Ensayé ésto, ahora no recuerdo una mierda" - Susurró, sacando una risa confundida de Joaquín, quién fué el único quién lo escuchó.
– Se supone que soy bueno con las palabras, dar y redactar discursos de agradecimiento es lo que hago por mi trabajo, pero justo ahora parece que las palabras han abandonado mi mente. Así que sólo dejaré que mi corazón hable...
Hace tiempo juré no enamorarme de alguien más, pero lo hice y tuve la fortuna de hacerlo de alguien que no sólo me quiere a mí, sino que también a mis hijos. Joaquín, quiero decirte que estoy y estaré eternamente agradecido por lo que has hecho por mí y mi familia, nos has traído la felicidad de vuelta, y te has ganado un lugar en nuestro corazón... uno muy grande a decir verdad, tan grande que estoy seguro de que si alguna vez te vas, no sólo romperás mi corazón, sino también el de mis hijos, mis hijos que te aman tanto cómo lo hago yo. Me enamoré de cada parte de tí, de cada acción, incluso la más pequeña de las cosas me tiene atado a tí cómo no te lo imaginas. Me encanta cuándo Catherine te busca para contarte sobre los nuevos amigos que hizo y cómo la pasó en el instituto, y cómo sabes leer tan bien los gestos de Logan que con tan sólo verle la cara sabes qué es lo que le pasa y ni hablar de cuándo te busco por todos lados para al final encontrarte en tu habitación, dormido con Allie a tu lado y aferrándose a tí cómo si dependiera de ello. Me gusta verte bromear con Leidy todo el tiempo y los bailecitos graciosos que hacen cuándo preparan algo en la cocina. Me gusta cuándo entras a mi oficina para llevarme un cafe ó simplemente quedarte conmigo, me gusta verte en toda esa ropa preciosa de colores tan llamativos, me gusta cuándo me besas y me haces sentir querido antes de irnos a dormir. Pero sobre todo, me gusta despertar al día siguiente, verte a mi lado, y saber que otro día maravilloso vendrá. Y así quiero pasarlo por el resto de mi vida.
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El Niñero // Adaptación Emiliaco
Fanfiction"¿Me permite su currículum?" "¿Qué? Ah, sí." Le tendió la hoja. "Tenga." Emilio tomó la hoja, manchando un poco sus dedos de tinta roja. Frunció el ceño. "¿Crayola?" Preguntó. "Lápiz labial." Corrigió Joaquín con una sonrisa. "Por supuesto, que...