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Joaquín se removió cuándo sintió caricias en sus mejillas, intentó abrir los ojos, pero rápidamente fueron cerrados por la intensa luz del sol que se colaba por la ventana. Segundos después, cuándo sus sentidos lograron despabilar el sueño, escuchó una voz que lo hizo sonreír.

"Despierta, cariño"

Joaquín talló sus ojos antes de abrirlos y enfocar a Emilio a su lado, sonrió y el rizado hizo lo mismo.

"Feliz cumpleaños, mi amor"

Joaquín sonrió y enredó sus brazos en el cuello del mayor, para después jalarlo contra él y apretarlo en un fuerte abrazo. Emilio aprovechó la posición y dejó varios besos sobre la piel pálida de su cuello, haciendo que el menor se estremeciera un poco.

El menor, aún sin cambiar de posición, removió un poco su cuerpo, percatándose de un peso sobre sus piernas que no había notado. Se enderezó hasta recargar su espalda en una pila de almohadas detrás de ésta y miró la cantidad de bolsas y cajas de regalo que habían en la cama y en el piso.

Miró al mayor con una ceja alzada - "¿Todo Nueva York me ha enviado un presente?"

Emilio soltó una risita - "Un regalo por cada año de vida, bonito"

"No cumplo 40 años, Emi"

"Oh... mi error" - Se burló, recibiendo un codazo y segundos después un abrazo igual de fuerte que el anterior.

"Ésto es mucho, nunca había recibido tantos regalos" - susurró el castaño contra su cuello - "Gracias"

Joaquín tomó las mejillas del rizado entre sus manos y le sonrió antes de acortar la distancia entre ellos, formando un beso dulce y suave que, al cabo de unos minutos, subió de tono.

Subió mucho de tono.

¿En qué momento Emilio se había acomodado arriba del cuerpo de Joaquín? Nadie lo sabe.

Sosteniendo su peso entre sus brazos, se encargaba de dejar infinitos besos por todo el cuello del menor, quién comenzaba a jadear por la sensación que le brindaban.

Pronto ambos tenían un problema que tendrían que solucionar rápido ó de lo contrario parecía que iba a explotar.

"Mhm, Emilio" - gimió Joaquín en un lento susurro cuándo sintió las manos del mayor colarse por la piel de sus muslos - "Sexo de cumpleaños siempre es buena idea" - Emilio soltó una pequeña risa antes de volver a besarlo con fuerza.

Cuándo los besos se volvieron más calientes y rudos, la ropa comenzó a desaparecer. A éste paso a Joaquín no le importaba mucho dónde se encontraba su camisa y su pantalón a decir verdad, no cuándo tiene a Emilio semidesnudo arriba de él.

Pero de pronto al rizado le entró un sentimiento raro, algo así cómo si estuviera olvidando algo.

Decidió ignorarlo, pues claro estaba que no podía pensar con tanta claridad en ese momento, mucho menos cuándo Joaquín comenzó a removerse creando una deliciosa fricción entre ellos.

Mientras que del otro lado de la puerta todos estaban esperando a que Joaquín abriera para sorprenderlo con el lindo pastel que Leidy había horneado. ¿Porqué Emilio tardaba tanto?

Vamos, el plan era sencillo, sólo tenía que entrar, despertar al castaño y luego salir.

Parece que cierto rizado olvidó por completo aquel plan cuándo escuchó los gemidos y jadeos que salían de la preciosa boca de Joaquín.

1 hora y media después salieron de la habitación, sus cabellos estaban desordenados y en el pecho y cuello de Joaquín lucían algunas marcas.

El castaño se sonrojó de inmediato al ver a todos ahí parados. Por Dios, pudieron haber escuchado algo.

El Niñero // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora