UNO

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Pov Laia

Un fuerte pitido retumbando en mis oídos me hizo recobrar la conciencia.

Las bombas que caían al agua explotaban con tanta fuerza que los ilu se elevaban por el aire como si fueran aves del bosque.

- ¡¿Mamá?! ¡¿Papa?!- exclamé con la poca fuerza que tenía al mismo tiempo que me levantaba de la arena húmeda.

La gente de mi clan corría de un lado a otro buscando donde ocultarse o como defenderse de los invasores del cielo.

- ¿Han visto a mis padres? - los Metkayina que pasaban a mi lado me ignoraban.

Mis delgadas piernas apenas y me sostenían de pie.

- ¡Laia, Cariño!- escuché mi nombre entre el caos.

- ¡Mamá! -corrí a todo lo que pude, ignorando los cuerpos ya inertes que habían sido alcanzados por las balas.

- Cariño, debes esconderte, debes salir de la playa y ocultarte en la profundidad de los corales. Yo iré por ti en cuanto todo haya terminado.

- No mamá, no te dejaré sola.- de no ser porque mi madre pasó su mano por mi mejilla para secar las lágrimas que rodaban desde mis ojos hasta mi barbilla, no me habría percatado de que estaba hecha un mar de lágrimas.

- Por favor, hazlo por mí. Te prometo que estaremos juntas otra vez.

- Solo iré si tú vas conmigo.- estaba decidida a no abandonar a mi madre.

- ¡Aretha! ¡Laia! ¿Están bien? - mi tía se acercó corriendo y de inmediato nos examinó para comprobar que ninguna había sido herida.

- Hermana llévate a Laia por favor. Iré en cuanto pueda.

- ¿¡Que!? ¡No me iré sin ti! Déjame pelear a tu lado.- el miedo y la frustración se iban intensificando poco a poco.

Una ráfaga de balas interrumpió nuestra conversación rozando leve pero dolorosamente uno de mis brazos.

- ¡Laia estás sangrando!- mi tía me miro aterrorizada cuando una gota de sangre comenzó a bajar como un fino hilo que iba desde mi hombro hasta mi muñeca.

- ¡Llévatela y cuida de ella Ronal!- ordeno mi madre por sobre el ruido de las explosiones. Estaba furiosa porque habían herido a su pequeña.

--Te amo Laia, te amo mucho.- era todo lo que repetía mamá mientras mi tía me alejaba del peligro.

Intente zafarme, pero mis intentos eran inútiles.

Mi vista seguía fija en mi madre y como ella con valentía defendía a nuestro clan y tiraba flechas hacia los lugares exactos derribando más de un helicóptero y soldado a su paso.

- Laia.- escuché mi nombre como un eco lejano que provenía de las profundidades del agua.

A medida que me sumergía junto a mi tía, una presión en el pecho me impedía respirar. Temía por la seguridad de mi madre.

El agua entraba por mi nariz y boca, el terror me había paralizado negándole a mi cuerpo a funcionar correctamente.

- Laia...- la voz se escuchaba cada vez más fuerte y cuando ya no pude seguir respirando...- ¡Laia despierta!- mis ojos se abrieron.

- ¿Otra vez la pesadilla?- mi prima apareció en mi campo de visión. Me incorporé en la cama aún somnolienta con la mirada preocupada de Tsireya siguiendo cada uno de mis movimientos.

TE VEO - NETEYAM SULLY (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora