VEINTIOCHO

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Pov Neteyam

¿Puede existir algo más bello que la sonrisa de Laia? No lo creo, o talvez sí, lo único que podría sobrepasar la belleza de esta mujer sonriendo, es ella, pero sonrojada.

- Neteyam, hijo, ¿me estás escuchando?- salí de mi trance cuando mi madre movió su mano muy efusivamente frente a mi rostro.

- Dudo que te haya escuchado, está en otro mundo. El amor lo ha vuelto aún más tonto que de costumbre.- soltó Kiri en tono acusatorio.

Mi madre dio un suspiro cansado.

- ¿No escuchaste nada de lo que te dije cierto?- pregunto negando con la cabeza, dando por hecho la respuesta, ya que me había encontrado infraganti mirando a Laia a la distancia.

Levante las manos en señal de rendición.- Lo siento madre.- dije regalándole una sonrisa exagerada.

- Olvídalo.- se dio una pausa para presionar su nariz con su índice y pulgar al mismo tiempo, buscando paciencia para tener que lidiar conmigo.- Necesito que acompañes a Tuk, no quiero que se meta en problemas, aunque contigo a cargo no sé qué tanto puedo confiar en que no lo hará.

- Descuida.- dije soltando un sonoro beso en la mejilla de mi madre.- Te prometo que no me distraeré.

Resignada mamá asintió y sin perder más tiempo, la pequeña Tuk me arrastro con ella por entre la multitud.

A la espera de la presentación de It'ey, el primo de Laia, ocupe el tiempo junto a mis hermanos para divertirme y disfrutar de la fiesta que inundaba el corazón de la isla. Estaba de un humor impecable, pasar la noche con mi chica era todo lo que necesitaba. No había manera de arruinar lo contento que me sentía.

- ¿Neteyam?.- Tuk tiro de mi brazo para llamar mi atención.

- Cuando yo nací- soltó muy consternada mirando a su alrededor.- Mi fiesta fue mejor, ¿no es así?.

Una carcajada hizo eco en mi garganta, mi hermana era realmente una pequeña ambiciosa.

- Si Tuk.- confirme, al mismo tiempo que la alzaba entre mis brazos. - Ninguna fiesta le hace justicia a la tuya.

Los ojos de la pequeña se iluminaron ante mi respuesta y eso fue todo lo que necesito para soltarse de mi agarre y continuar disfrutando de la comida y la música.

- ¡Ya es hora!- grito Kiri, haciendo un gesto eufórico con sus manos para que nos acercáramos.- La presentación va a comenzar.

Con total respeto, todos nos reunimos alrededor de la fogata. 

La ceremonia se llevó sin contratiempos. 

Durante el cordón musical, miles de recuerdos del bosque llegaron a mi mente. Viví este momento con cada uno de mis hermanos y el estar ante una nueva presentación lejos del árbol de las almas con el que crecí, me llenaba de melancolía. Pero todo ese dolor, se esfumaba cuando mi mirada se encontraba con esos ojos verdes que me observaban a la distancia. 

Cuando ya todo el ritual había terminado, era hora del brindis final. En el cual se realizaba un agradecimiento a Eywa por darnos la dicha de tener a un nuevo integrante en nuestro clan. 

- Alcen sus copas.- ordeno Ronal.- Hoy es motivo de dicha el darle la bienvenida a un nuevo integrante a nuestro clan.

Todo el clan obedeció levantando al unísono los vasos que tenían en sus manos.

Mientras la Tsahik daba su discurso, mi mirada se seguía desviando hacia Laia, que estaba a unos pasos de su tía. Era encantador ver como sus mejillas se teñían de rosa.

TE VEO - NETEYAM SULLY (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora