TE VEO - NETEYAM SULLY (EN PROCESO)

DOCE (PARTE II)

Pov Neteyam

- ¿Dónde están las chicas? Ya deberían haber llegado.- Lo'ak estaba impaciente.

- ¿Te quieres calmar? Deben estar ocupadas.- miré a mi hermano de mala manera, en vez de estar quejándose podría estar ayudando a trasladar la leña para alimentar la fogata que estábamos preparando.

El sol ya comenzaba a ocultarse, los tonos naranjas y rosas se comenzaban a apoderar del cielo. Era perfecto.

Luego de analizar la situación, entre todos llegamos a la siguiente conclusión.

Laia llegaría junto a Tsireya, todos la saludaríamos, le entregaríamos nuestros presentes, comeríamos pastel y luego nos quedaríamos compartiendo al rededor del fuego hasta no más de la media noche. 

Nuestros padres no estaban, pero no queríamos abusar de la confianza que nos habían entregado durante su ausencia.

Un plan sencillo pero muy efectivo y fácil de seguir. Completamente a prueba de idiotas.

- ¡Hey! ¡Aquí vienen!- una Kiri muy eufórica se acercó corriendo.- ¡Todos atentos! ¡Rotxo!- escuché un golpe.

- Auch.

-¡Deja de sacarle la decoración al pastel!

Sin hacer ruido, tomamos posición detrás de unos grandes troncos y arbustos, tal y como lo habíamos ensayado.

- Tsireya, ¿puedes hablar ya? Llevamos mucho rato caminando y no has dicho ninguna palabra, me estoy comenzando a preocupar.- una Laia no muy feliz, venía cada vez más cerca.

- Ten paciencia, te contaré todo. Solo estoy buscando un lugar donde podamos charlar tranquilas.

La vi colocar la mirada en blanco y arrugar la nariz. Típico de ella.

- ¿Qué es esto?- pregunto cuando vio la fogata a medio armar y algunas mantas estiradas sobre la arena.

- ¡SORPRESA!- gritamos todos al mismo tiempo.

Laia en un acto reflejo, estiro su puño dando un golpe que aterrizó justo a la mitad de la cara de Rotxo.

- ¡CARAJO!- grito el chico, llevándose ambas manos a la nariz.- Creo que me quebró algo. Ay ay ay,  mi bello y perfecto rostro. ¡Cómo duele!

- ¡Rotxo lo siento!- grito Laia horrorizada.- Yo no quería, perdón, enserió lo siento.

- No te preocupes, fue mi culpa. Yo fui el que se atravesó delante de tu puño.- quitándose las manos de la nariz, dejo ver un chorro de sangre que le llegaba a la barbilla- Feliz cumpleaños Laia querida.- dijo con una media sonrisa y el rostro machucado.

- Carajo amigo -Aonung se acercó y arrodillo a su lado- Te ves terrible.

- Aun con la nariz rota, sigo siendo más guapo que tú- se burló.

Aonung lo miro con mala cara y luego se puso de pie para quedar frente a Laia. - Feliz cumpleaños.- intento sonreír, pero al parecer estaba muy nervioso para hacerlo.

Laia aún no lo perdonaba del todo por lo del ataque del Akula.

- Gracias Aonung- se formó un silencio incómodo, estábamos todos expectantes al siguiente movimiento.

Lentamente, Laia suspiro y asintió. Aonung comprendió de inmediato y se abalanzó rodeando a su prima en un abrazo.

- Te extrañé mucho- no podía ver el rostro de Aonung porque estaba enterrado en el cuello de Laia, pero era seguro que estaba llorando.

- Y yo a ti.

Ya con el ambiente más relajado, uno por uno comenzamos a acercarnos para saludar a la cumpleañera.