SECRETOS OSCUROS

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Liam se apartó de la cama para desvestirse. No presté atención hasta que lo sentí acomodarse en la cama y lo miré. Rápidamente fruncí el ceño.

—¿Qué le pasó a tu vello? —pregunté preocupado.

—Era necesario quitarlo para la sesión de fotos... —murmuró cubriéndose.

Fue en ese entonces cuando las vi. Marcas en su pecho, abdomen e incluso cerca del pubis. Marcas que su vello cubría, y que ahora como no estaba pude ver. Mis ojos no tardaron en cristalizarse, y lágrimas bajaron por mis mejillas. Eran cicatrices muy grandes...

—Liam... ¿Quién te hizo eso? —las lágrimas no paraban de salir de mis ojos.

Liam me quedó mirando unos segundos y negó con la cabeza. No quería hablar del tema.

—Liam... No puedo acercarme si no te abres... —susurre apenado—. Entiendo que no quieras hablar del tema...

Me dolió. Jamás creí algo así me rompería, pero ver a Liam así, me rompió como nunca. Y luego lo veía a él, que estaba tan atento a que la película empezara. Como si nada importara. Me saqué las lágrimas, y fui en busca de las palomitas que llegarían. Le entregué el dinero al repartidor y tomé las palomitas, cuando volví a la habitación Liam estaba bajo las sábanas con el dinosaurio a un lado, me miró y luego miró las palomitas. Abrió sus ojos muy grandes y se lamió los labios, un gesto de un niño pequeño y muy divertido. Negué con la cabeza divertido y me acomodé al lado, dejando las palomitas entre los dos. Liam fue el primero en meter su mano y sacar un puñado mientras veía la película.

—¿Pero entonces quedaron todos los dinosaurios libres? —preguntó cuando terminó la película.

—Sí. Ahora la isla es de ellos —respondí tranquilo.

Como la última vez, no quedó alguna palomita. Quedamos en la cama sentados sin saber qué hacer, un momento muy incómodo.

—Zayn... —habló luego de unos segundos—. Quisiera... Quisiera pedir perdón por lastimarte... No fue mi intención ser tan brusco —habló con un tono calmado.

—Tranquilo... Está en el olvido, ¿bueno? —mentí.

Tampoco fue una gran mentira, de hecho, si estaba en el olvido, lo había perdonado y todo, pero la molesta sensación de sus dedos en mí, seguía molestándome de vez en cuando y me daban escalofríos, dolor de estómago y miedo. Liam sacó el gran peluche y lo dejo bajo la mesa de noche y me miró. Esta vez pude ver bien su rostro, bajo sus profundos ojos chocolate había pequeñas ojeras, su rostro se veía agotado. Cansado tal vez. Supuse que había mucho trabajo.

Solté un pequeño suspiro y le dije:

—¿Qué tal si dormimos un poco?

Él asintió conforme con mi sugerencia y todo quedo en silencio. Me costó dormirme un poco, pero lo logré. Desperté después de una hora, o eso concluí después de ver la hora por el reloj. El conocido peso sobre mi pecho había vuelto. Sonreí inconsciente por eso, por alguna razón se me había hecho una pequeña costumbre a su peso, me dificultaba respirar, pero se sentía bien. Volví a quedarme dormido y desperté en la noche. Desperté acalorado, cuando bajé la vista vi que Liam estaba sudando mucho, y murmuraba palabras, y negaba con la cabeza.

—Liam... —susurre—. Liam, despierta... ¡Liam! —grité para llamar su atención.

Dio un pequeño brinco y subió la mirada hacia mí. Rápidamente, salió sobre mí y se acomodó en su lugar. Su pecho subía y bajaba.

—Solo fue una pesadilla, Liam... Tranquilo.

Asintió rápido y me miró, su mirada se veía preocupada, tuvo que haber sido una pesadilla muy fea para despertar así. Dormir un poco se convirtió en dormir mucho. No cenamos, la hora se nos pasó durmiendo y cuando volví a despertar fue por la alarma de Liam. Me quité bajo su peso y él soltó el conocido gruñido y no se relajó hasta que me miró. Me invitó a su ducha como cada mañana, pero dude, no me sentía muy cómodo con mi desnudez frente a Liam. Así que negué, y le dije que sacaría su buzo para acompañarlo. Asintió de acuerdo y cuando estaba listo fui a la cocina, ahí se encontraban cuatro tuppers, lo que al parecer fue la cena de anoche que no comimos, y el desayuno. Saqué los de la cena y los dejé en otro lugar, Liam verá que hacer con ellos. Empecé a comer junto con Liam que apareció unos minutos después con buzo y su bolso al lado. El gimnasio fue lo mismo, trote diez minutos, y luego me dedique a observar a Liam. Luego fueron las duchas en donde me tense constantemente al sentir el tacto de Liam o algún roce. Después lo acompañé a su oficina porque tenía que ver unos documentos y unas reuniones. Escuché a hablar a Jonathan sobre lo bien que salieron las fotos y que los artículos está vez eran mejor de lo esperado, por lo que estaba muy seguro de que sus ventas aumentarían más. Luego una reunión a la que no presente mucha atención y más papeleo. Yo estuve esperándolo en el sofá mientras veía redes sociales y hablaba un poco con mamá por mensajes.

GRINDR |ZIAM|ⓁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora