LO SIENTO

389 31 3
                                    

La noche se me paso tan rápido, que diría que sentí que cerré los ojos unos diez segundos, y ya estaba sonando la molesta alarma de Liam. Me desperté yo primero y esperé a que se despertará Liam, pero no fue así, lo que me hizo preguntar; ¿Cómo mierda se levanta cuando yo no estoy?

Me empecé a salir bajo su peso y en cuento lo conseguí empezó a soltar gruñidos que no terminaron hasta verme. Bostece y me estiré un poco, luego quedé mirando a Liam con una expresión soñoliento y me incline a darle su beso de buenos días, claramente él no dudo en acercarse a mí e introducir su lengua en mi boca para tener lo que más pueda de mí.

—¿Empezaremos hoy con los ejercicios y todo eso? —pregunté poco animado.

—Si no te molesta, el lunes de la siguiente semana. Tengo que llamar a la chef y decirle que ahora serán dos porciones todos los días —me explicó.

—Está bien —asentí lento—, entonces puedes irte, yo me iré más después, me daré otra pequeña siesta, mis clases empiezan más tarde —le dije fijándome en la hora. Mis clases empezaban dos horas más tarde.

Liam asintió y se levantó. Volví a acomodarme en la cama, pero esta vez en el lado de Liam y lo último que escuché, fue el sonido de la ducha, luego de eso, caí profundamente dormido.

Desperté horas después por el sonido de mi alarma ahora. Me removí bajo las suaves sábanas, que son como suaves cachorros. Me estiré como nunca y luego me dejé caer nuevamente en la cama. Gemí al respirar el olor de Liam impregnado en la almohada.

Liam dormía sobre mí, pero en la semana no, por lo que su cama aún tenía su magnífico olor impregnando. Hundí mi rostro en la almohada con el olor a Liam y respiré ese increíble olor por varios segundos hasta que decidí levantarme y darme una refrescante ducha.

Una vez duchado busqué mi bolso en donde tenía un cambio de ropa, no tarde en encontrar mi bolso justo donde lo dejé y me vestí. Caminé a la cocina en busca de una fruta que me comería de camino a la Universidad, pero grande fue mi sorpresa cuando vi café junto a unas donas. Me acerqué lentamente y vi que había una pequeña nota:

Espero que lo disfrutes.
L.P.

Gemí de placer al oler el café caliente. No dude en tomar el café entre mis manos y darle un sorbo. Todavía sigue caliente, por lo que el desayuno tuvo que haber llegado hace poco. Gemí al sentir el caliente café pasar por mi garganta, luego tomé una de las donas y le di un mordisco. Volví a gemir de placer, porque joder, la mejor puta dona que he probado en mi vida.

No dude en sentarme y acabar con todo lo que Liam me mando. Me sentí tan satisfecho cuando terminé todo, y es que todo estuvo exquisito. Le mandé un mensaje a Liam agradeciéndole por el desayuno y bajé para tomar algún taxi y llegar a la Universidad.

Otra sorpresa llegó, cuando, al salir del edificio, me encontré con Robert de pie al lado del coche.

—Muy buen día, joven Zayn —me saludo muy educado como siempre.

—Robert —le devolví el saludo moviendo la cabeza—. ¿Sucedió algo? —pregunté.

—Nada fuera de lo común.

Asentí lento por su respuesta. Extraño, pero no le di muchas vueltas al asunto.

—Bueno, lamento no poder quedarme más tiempo, Robert, pero debo volver a la Universidad —le expliqué empezando a caminar para ver algún taxi.

—Para eso estoy aquí, joven Zayn.

Gire mi cabeza extrañado y confundido hacia Robert.

—¿Cómo?

GRINDR |ZIAM|ⓁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora