GRINDR |ZIAM|Ⓛ

RECUPERANDO LO QUE ES MIO

—¿Solo queda esta película?

—Sí. Pero pronto saldrá la tercera.

Liam asintió. Yo empecé a transmitir la segunda película de Jurassic World en la gran pantalla.

—Zayn, faltan las palomitas... —susurro.

Sonreí internamente, había olvidado las palomitas a propósito con la esperanza de que Liam me acordara, y se me hace tierno que haya sido así.

—Uhm... Enseguida las pido...

Ya tenía el pedido listo, nada más me faltaba confirmarlo. Así que solamente le di a confirmar y me llegó el mensaje de que estará en veinte minutos mi pedido. Al inicio de la película hubo una escena graciosa en donde pude apreciar una sonrisa genuina de Liam. Esta vez, además de mostrar sus hermosos dientes blancos y finos labios, se hicieron unas arrugas al lado de su ojo, lo que lo hizo más tierno. Las palomitas esta vez no tardaron en llegar. Igual que la última vez, fue Liam el primero en sacar un puñado de palomitas comiendo a gusto.

Después de las confesiones de Liam, él quiso ver la última película que nos quedaba de Jurassic World, y aquí estamos. Él está muy concentrado viendo la película, y debo admitir que en esta película fue donde más frunció el ceño, y cuando ya no entendía algo me preguntaba a mí.

—¿Entonces la niña fue creada igual que los dinosaurios?

—Sí. Exacto —oh bueno, eso dieron a entender.

—Sigo sin entender por qué crearon otro dinosaurio más fuerte que el primero, si el primero se salió de control —me habló con el ceño fruncido.

—Pues... Es humano, y los humanos cometemos errores.

—Pero si ya había creado uno, y salió mal, ¿por qué crear otro?

—Deberías preguntarle al creador —me encogí de hombros. Me dio una mala mirada—. Es broma, Liam. Solo estoy jugando.

—Sabes que no me gusta que se rían de mí.

Le sonreí.

—Solamente era una broma, Liam. No hay nada de malo.

No respondió nada.

—¿Dormirás aquí?

Su pregunta resonó en mi cabeza. No le había avisado a mamá que pasaría la noche en otro lugar, así que, si quería, tendría que mandarle menajes.

—¿Quieres que me quede? —pregunté dudoso.

No respondió enseguida, pero luego de unos segundos asintió. Asentí de vuelta y tomé mi móvil para enviarle un mensaje a mamá. No tardó en responder y enviar unos: »Cuídate mucho«, »Diviértete« y »Te quiero mucho«

No tardamos en quedarnos dormido. A la mañana siguiente sentí ese reconocido peso sobre mí que me dificultaba la respiración y sonreí. Segundos después empezó a sonar la alarma. Me removí bajo Liam y empezó a soltar pequeños gruñidos hasta que me vio.

—¿Debes trabajar? —murmuré soñoliento.

—Sí... —respondió con sueño. Se sacudió la cabeza y se levantó. Se dio una ducha y se vistió con un buzo. Luego recordé que hace ejercicios todas las mañanas. Yo seguía acostado en la cama—. Me debo ir.

—Está bien. Suerte y recuerda que eres un bestia parda.

—Me iré con Andrew, Robert estará abajo, puedes irte cuando quieras... Adiós.

Y desapareció. Yo seguí durmiendo un poco más y cuando me volví a despertar no tarde en ponerme mi ropa e ir con Robert.

—Robert —hablé ya dentro del auto.