UN BUEN COMPAÑERO

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Llevaba tres días en la universidad y era increíble. Mis clases eran entretenidas. Bastante divertidas, y el tiempo pasaba volando. La materia no se me hacía difícil dado que me la pasaba leyendo libros de arquitectura. Brandon... Brandon era un amor. Sin duda un chico bastante simpático. Me alegro de haber quedado con él. En tres días recibí llamadas donde nadie me habló. Era extraño. No hablaba nadie. Pensé que era una broma de mal gusto. Fue el cuarto día cuando recibí una llamada justo cuando iba entrando a mi habitación, las clases habían terminado recién.

—¿Hola?

—¿Zayn? —la voz sonó muy conocida.

—Sí, ¿con quién? —se escuchó una pequeña risa de fondo.

—Soy yo, Jason. ¿Recuerdas?

Abrí los ojos con sorpresa.

—¡Jason! —grité emocionado—. Joder tanto tiempo.

—Sí —se rio—. Lamento desaparecer así, es que mi móvil estuvo mal, y ahora recién pude recuperar mis contactos.

—Me alegra muchísimo que estés bien, Jason. No sabes el susto que me diste.

—¿Me extrañas?

—No sabes cuánto —hable divertido.

—Uff, si lo sé. Tranquilo, tu príncipe está muy bien.

Divertido asentí, aunque sabía que no me vería.

—Mi príncipe... —susurre—. ¿Qué tal te trata Alemania?

—Uh... Ya sabes, mucho frío aquí.

—¿Mi príncipe pasa frío? —pregunté burlón.

—Sí... —se escucharon carcajadas—. A tu príncipe le falta otro príncipe que lo abrace por la noche... —murmuró.

—Seguro mi príncipe puede conseguir mantas.

Empecé a acomodarme en la cama con el teléfono en la oreja.

—¿Qué tal vas tú?

—Estoy estudiando arquitectura.

Pasamos varios minutos conversando y poniéndonos al día. Al parecer Jason había conocido un chico, pero lo dejaron. Su tono de voz se escucha algo feliz. Me alegré mucho de volver a escuchar su voz. Guarde su contacto y seguimos hablando por chat de vez en cuando. Incluso intercambiamos redes sociales. Estaba entretenido hablando, cuando la puerta se abre.

—Hola... —murmuró Brandon entrando. Se lanzó sobre su cama, su rostro pegado en las sábanas.

—¿Mal día?

—Nunca pensé que administración de empresa sería difícil —murmuró.

No sabía que Brandon estudiaba eso. De hecho, nunca nos preguntamos eso. Es bastante divertido y cómico.

—Seguro después podrás.

—Sé... —murmuró—. Como dice papá. Un hombre debe saber con lo que maneja, o perderá todo.

Ese dicho jamás en mi vida lo había escuchado. Era lo más raro que había oído también.

—Seguro —susurré.

Era graciosa la vista que tenía de Brandon. Se le veía su gran trasero levantado en la cama. Realmente era grande, tenía más culo que cualquier chica que había visto en el lugar.

—Sí... Es agotador y jugar en el equipo igual.

—¿Estas en un equipo?

—Sí... —murmuró cansado. Realmente se veía cansado.

GRINDR |ZIAM|ⓁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora