GRINDR |ZIAM|Ⓛ

NAVIDAD

La semana paso lenta, o así la sentí yo, dado que estuve haciendo mi ensayo. Pero ya estaba listo. Solo debía esperar a la fecha de postulaciones. He estado hablando bastante con Jason, quería confirmar si estaba bien, según él, estaba mejor, su padre no ha estado en casa y se estaba recuperando rápido. Todavía no podía olvidar los moretones en todo su cuerpo, su rostro todo golpeado y sus ojos llenos de dolor. Por otra parte, Liam me ha hablado poco, uno que otro mensaje sexual diciendo que se corrió pensando en mí, o que únicamente quiere metérmela hasta que quede vacío. Claro que me empalme con esos mensajes.

En la semana también estuve viendo regalos para mis padres. Se acercaba la navidad y quería tener listo todo. Los comercios ya estaban repletos de juguetes y todo muy decorado con navidad. El fin de semana Liam ya estaba de vuelta de su viaje. Me encontraba en su habitación, habíamos terminado recién de una ronda de sexo duro y rápido en la sala.

—¿Todo bien? —pregunté jadeando. No me había dado tiempo de preguntarle como estaba, porque con nada más verme se lanzó sobre mí para besarme con desesperación y terminar en sexo—. Con tu empresa... —aclaré.

—Sí. Solamente unas firmas y reuniones.

Estábamos sentando en el sofá donde tuvimos sexo. Lo mire unos segundos y baje la vista a su cuerpo. Su abultado pecho ya tenía bastante vello castaño que cubría todas las cicatrices. Su vello baja por su abdomen hasta su pubis y polla que ahora estaba media flácida, pero aun así se veía grande y gorda. Me empecé a acercar poco a poco y me senté a horcajadas de él. Con una de mis manos empecé a jugar con su vello. Su respiración no tardó en acelerar, y bajo mi mano sentía los fuertes latidos de su corazón. Su penetrante mirada estaba sobre mí, mirando con intensidad mis ojos. Le sonreí y me incliné a hacer algo que sabía que me pondría. Me incliné a su pecho a oler todo lo que podía, empecé a restregar mi rostro contra su abultado y peludo pecho, oliendo el sudor y ese olor a sexo que se había impregnado en nosotros. Empecé a bajar y recorrer ese bosque de vello que me guiaba a su polla. Me bajé de sus piernas y me arrodillé frente a Liam. Hundí mi rostro en el pubis de Liam, sintiendo los enrolados vellos acariciar mi rostro, respiré ese exquisito olor que por alguna razón me prendía mucho. Descubrí que el olor de Liam me ponía muy cachondo. El fuerte olor a sudor y sexo no tardó en llenar mi nariz. La polla de Liam se puso muy dura en segundos. Lista para la segunda ronda. Sonreí aún con el rostro pegado en el pubis y empecé a bajar más hasta llegar a la polla. Le escupí un poco y empecé masturbarle. Subí la vista hacia Liam que me miraba con sus labios entreabiertos. Me llevé la cabeza del pene a la boca, saboreando el amargo sabor del semen que aún quedaba y por los fluidos que ahora estaban empezando a salir. Pasé mi lengua por alrededor de la cabeza en un intento de abrazarla con mi boca provocando un pequeño jadeo en Liam. Tomé la base del pene, me lo saqué de la boca y la abrí mostrando la lengua, para empezar a dar golpes en mi lengua con la gorda polla de Liam. Volví a introducirla en mi boca esta vez bajando y tratando de chuparle todo lo que podía. Me forcé a hacer garganta profunda y la saliva empezó a bajar por el pene de Liam. Ya había practicado mucho así que llegó un momento en donde pasó por mi garganta y mi nariz llegó a la base, el vello me hacía cosquillas en la nariz, pero yo estaba loco por tener toda la polla de Liam en mi boca. Se la estuve chupando como si fuera una deliciosa paleta, hasta que Liam me apartó de su polla, y al hacerlo quedó un hilo de saliva que conectaba la cabeza de su polla con mis labios. Un fino puente de saliva.

—Quiero que me montes, Zayn —jadeo.

—¿El jefe quiere que lo monte? —pregunté juguetón.

—Joder qué sí. El puto jefe quiere que te comas toda su polla con el culo, y la montes muy bien ¿oíste? —asentí—. Responde —exigió dándome una bofetada en la mejilla que, en vez de dolerme, me excito.