octubre 2006 III

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Octubre 2006 

Secrets I have held in my heart

Are harder to hide than I thought

Maybe I just wanna be yours

I wanna be yours

Arctic Monkeys

Vomité, no solo vomité frente Manjiro sino que vomité sus botas. Cuando me levanté de mi caída al verlo sentí como la verborragia y la euforia me brotaran del mismo estómago. Lastima que el cuerpo no entienda de eso y expulse mi cena a los pies de Manjiro. 

Empecé a llorar de la vergüenza mientras le pedía perdón en francés y en japonés, al mismo tiempo. El alcohol y la dignidad se habían desalojado de mi. 

Manjiro, Jan y Frances se reían descontrolados mientras Jan me sostenía el pelo. En un momento debimos escondernos los cuatro en el callejón entre la residencia y la casa de al lado. Los gritos habían despertado a un celador y eso nos alcanzó para despedirnos. Aunque el residuo de mi ebriedad invito a Manjiro a la fiesta de Halloween del fin de semana. El prometió venir aun riendo. Esa risa fue un bálsamo para mi y pude entrar a mi habitación por la ventana. 

El olor putrefacto del vómito me había quedado en la nariz incluso después de bañarme tres veces. Por la tarde fuimos a Harajuku con las chicas a comprar disfraces para la fiesta mientras aún se burlaban de mí por haber vomitado las botas del chico que me gusta. 

Jan preguntó quién era ese chico y me limité a responder que somos amigos de la escuela. No me interesa compartir a Manjiro ni de forma discursiva. 

Caminamos por doce tiendas diferentes hasta que Frances dio con el disfraz de caballero medieval que tanto quería y Jan dijo que como homenaje a su novia iba a disfrazarse de cowboy. Sonreí de ternura aunque yo no había encontrado disfraz. 

Nos topamos con un sector de vestidos gigante, los percheros se extendían hasta el final de las paredes y había hasta colores desconocidos. 

Jan eligió para mi un vestido blanco largo con escote en v que parecía hecho de gasa o seda. En el fondo sabía que no lo era. 

Frances añadió unas alas de ángel con algunas plumas plateadas dispersas entre las blancas. 

-Ya tienes disfraz, kaztchen- dijo Jan con su inglés de alemana-esto va contigo. 

-Eres como un angelito cuando no bebes, claro que sí- añadió Frances entre risas. 

-Es una fiesta de Halloween, se supone que debe ser de terror- me quejé. 

-Es una fiesta de disfraces, además los ángeles no andan por la tierra si no se han caído o Dios los ha expulsado- sentenció Jan 

Aunque la idea no me convenciera demasiado, me gustaba mucho el vestido. Podría agregarle algunos detalles terroríficos para hacer un ángel demonio si es que eso existe en alguna mitología. 

Cuando llegamos a la residencia los tutores habían colocado el equipo de karaoke para la fiesta y algunos ya estaban preparando su disfraz. Empecé a emocionarme por el hecho, por la fiesta, por que Manjiro venga  y me vea vestida de ángel. Podría ser romántico y esta vez no bebería más que agua. 

No he recibido ningún mensaje de él desde la madrugada, más de diez horas sin su presencia en mi teléfono pero decididamente no iniciaré yo la conversación por mi accidente. Demasiada vergüenza. 

Regarde le Ciel - Manjiro SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora