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LOS ex's se encontraban disfrutando de dos ensaladas bastante potentes en la habitación 914 en londres. ninguno de los dos había tocado el tema de la ruptura por lo pronto, ni había intentado atentar contra el espacio personal del otro.
ambos sabían que tarde o temprano terminarían haciendo una de las dos últimas cosas, se conocían lo suficientemente bien para saberlo.
─ ¿cómo te esta yendo en el city? ─ preguntó amelia cambiando el tema de conversación.
─ estoy peleando la titularidad ─ contestó julián con cierta frustración en su tono de voz ─ es todo muy distinto al fútbol de argentina y ahora tengo de compañeros con mucha jerarquía que no me toman muy en serio.
ame hizo una mueca, no solo tenía que adaptarse a una nueva cultura, también a una nueva lengua y a compañeros no muy inclusivos ─ tranquilo, es cuestión de tiempo.
─ lo sé ─ murmuró para después enfocar su mirada en la su ensalada.
la rubia estaba sentada en la cama de la habitación mientras que julián estaba sentado en una silla enfrente de ella.
─ ¿y con el idioma? ─ volvió a preguntar la ojiazul.
─ sé solamente decir algunas palabras sueltas. emi es la que más se maneja con... ─ julián iba a continuar hablando pero se calló al ver que había mencionado a emilia, metiendo la pata con amelia.
ella no dijo nada, se quedó en silencio pero sintió unas inmensas ganas de vomitar. tomó un poco de agua para calmar esa sensación, lo último que quería era demostrarle lo débil que era.
─ em... ¿cómo está tu mamá? ─ esta vez fue él quien hizo una pregunta pero no recibió respuesta alguna.
ame simplemente dejó su ensalada de lado y se fue rápidamente al baño. juli la siguió con la mirada confundido, pero preocupándose por la rubia, fue hasta dicho lugar.
el escalofrío que sintió cuando la vio arrodillada frente al inodoro fue inexplicable. supo que algo andaba mal con ella.
la ojiazul no intentó siquiera insistirle en que se vaya, estaba rendida a ese punto. era débil y no iba a intentar ocultarlo.
julián tan solo se posicionó detrás de ella para sostenerle el pelo y que pudiera tener su cara despejada al devolver lo que había ingerido.
en cuestión de segundos amelia devolvió lo que comió y después de hacerlo fue rápidamente al lavamanos para limpiarse los dientes. él continuaba en silencio, esperando alguna acotación de la rubia.
tantas ideas y situaciones hipotéticas pasaron por su cabeza en cuestión de segundos, por alguna extraña razón se le fijó la idea de un posible embarazo.
