Inexorable [PAUSADA, borrador]

CAPÍTULO 16 (Pasado)

15 de julio, 2015

Últimamente las cosas entre Justin y yo parecía que pendían de un hilo, aunque todo había mejorado notablemente desde que se había disculpado por lo ocurrido la última vez: enfadarse a un nivel impresionante por que fuera a pasar el fin de semana con Leslie y Rhys, y sin él, en un apartamento que habíamos alquilado cerca de la playa.

Hacía una semana Justin había aparecido en casa de mamá con una caja de bombones para disculparse y rogar por mi perdón, estaba más que arrepentido por su actitud, y realmente era verdad. Después de su disculpa, las cosas estaban más que bien, y me sorprendía que su actitud hubiera cambiado tan rápido, quizá fue por el hecho de que esa pelea fue el casi detonante después de todo, que le dijera que estaba pensando en dejarle, no le hizo ni una pizca de gracia...

Pero sabía qué, aunque todo estuviera bien entre nosotros por ahora, debía hablar con él seriamente de una vez por todas. Porque por mucho que lo quisiera y no quisiera acabar nuestra relación, mentalmente parecía estar destruyéndome poco a poco, sabía que mis amigos me habían repetido mil y una veces que no debería seguir perdonándolo, por mí bien, pero cuando quieres tanto a alguien, es muy difícil dejarlo ir, porque a pesar de saber la parte mala de seguir con esa relación, siempre se piensa que todo cambiará, que los momentos buenos volverán...

—¿En qué piensas tanto, cariño? —preguntó a mi lado.

Su mano descansaba sobre mi muslo mientras una canción ochentera de rock resonaba por los altavoces de su coche mientras nos dirigíamos al pub en el que habíamos quedado con sus amigos.

—Me gusta cuando estás así...

—¿Así cómo?

—Tranquilo.

—No entiendo, ¿qué es exactamente lo que estás pensando?

—No sé, Justin, últimamente las cosas entre nosotros están diferentes, peleamos demasiado, y no me gusta, quiero que las cosas estén bien entre nosotros, como al principio.

—Yo no creo que las cosas estén mal, todas las parejas pelean a veces, pero las cosas se arreglan, como en nuestro caso —me dio una sonrisa ladina—. Yo te quiero, April, te quiero mucho, y sé que cometo pequeños errores, pero todos lo hacemos, ¿no? Tampoco es toda mi culpa que nos enfademos.

Apreté mis labios intentando que ninguna palabra de las que quería soltar saliera de mi boca, no era el momento de ser sincera, porque sabía que repercusión iba a tener.

—¿Crees que es mi culpa, April? —alzó la voz.

Seguí callada.

—Contesta, April, di lo que piensas, vamos.

No pude aguantar más. Mis labios se abrieron solos y solté sin pensar lo que deseaba decir, me sinceré plenamente. Aunque al final, mi sinceridad, iba a jugarme una mala pasada.