El circo ┊ 𝗰!spruan.

Capítul◌ 45.

El tren avanzaba a una buena velocidad, atravesando túneles que a su vez atravesaban montañas o largos senderos con pastizales, árboles y vistas muy bellas.

Habían llegado ya a dos ciudades los anteriores fines de semana e hicieron sus respectivos shows, a todos les gustaba el hecho de pasear unos cuantos días por aquellos lugares antes de hacer su show, y claro, también los asesinos convocados por Auron trabajaban a gusto.

Juan había conocido con el tiempo a uno de ellos, ya que tenían entre todos un solo vagón que era más que suficiente.

Creyó que solo existían dos portales, pero también estaba el suyo, al parecer era otro hotel pero muy, MUY extraño.

"—No le gustan mucho las visitas."

Recordó las palabras de Conter, quien le había dado un pequeño tour uno de esos días en los que no tenía nada mejor que hacer. Se habían encontrado con una armadura viviente oscura que al parecer se llamaba Farfadox (un nombre muy extravagante a su parecer), y este lo botó prácticamente.

Había congeniado muy bien con el conejo a pesar que su primer encuentro fue medianamente extraño. Ahora estaba con Shadoune, otro de los asesinos que tenía un acento francés muy marcado, pero que a su vez hablaba y entendía bien el español.

Se preguntaba qué haría allí entre ellos.

El chico sombra estaba paseando por todos los vagones en compañía del mago que lo protegería por si alguno se asustara, normalmente los inquilinos del circo y los asesinos a sueldo de Auron no convivían.

Gracias a este viaje las cosas cambiaban un poco.

Incluso para Spreen que largos días no lo veía ya que "iba con ellos".

Y no sabía exactamente a qué iba pero por las heridas que tenían al regresar no lo quería imaginar.

—Oye Shadoune —llamó al otro, podría aprovechar esa oportunidad para responder esa incógnita—, ¿qué hacen cuando Spreen va con ustedes?

—¿Con nosotros? —preguntó no muy seguro de a qué se refería, pareció pensarlo con un pequeño sonido gutural de "hmmmm" y contestó:—. Vamos a matar gente por dinero.

—O-oh —palideció un poco por la información, sabía que Spreen y sobretodo ellos no eran santos, pero no se esperaba una respuesta así.

—Pero no te preocupes, Juan —con una pequeña sonrisa trató de calmarlo—. Nosotros no hacemos las cosas porque sí, excepto Farfa —colocó su mano en su barbilla pensando en el chico—. ¿Quisieras venir algún día?

—Yo, no, no puedo —se negó, si al usar la magia para hacer shows ya le daba dolores de cabeza no imaginaba qué podría pasar si lo utiliza para ese otro tipo de cosas.

—¿Es por Xena? —pareció preocupado, a Juan le costaba creer que ese chico tenía una racha de muertes superior a los 300, según palabras del propio Auron.

—Sí —dijo con un pequeña risa pasando de un vagón de sillas a uno casi totalmente oscuro, si no fuera porque los ojos del demonio sombra fueran blancos sabía que no lo hubiera podido distinguir—. No es algo de lo que hable mucho, pero tengo el alma de una bruja dentro así que, bueno.

Trató de reír para aligerar la situación, cada vez que se veía en el espejo de su habitación o camerino podía verse más pálido, sus ojos eran cada vez más rojos y tenía ojeras, temía que en algún punto su alma fuera consumida al dormir (donde era más vulnerable).

—¿Y no te duele? —preguntó nuevamente con un tono preocupado viendo al mago que paró en un punto y suspiró con una pequeña risa.

—Nah, me duele más cuando veo que gente no me aplaude —bromeó haciendo que el otro hiciera lo mismo.