CAPÍTULO DOCE

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ASTRID

El sueño se me ha esfumado de la preocupación y la incertidumbre que siento, es como ver una película de terror reproduciéndose en mi mente una y otra vez y nunca se detiene, por inercia pego más el pequeño cuerpo de Noah a mi pecho, está acurrucado junto a mi hoy porque es una de las clásicas noches que se han repetido durante el último año a causa del temor que le tiene a la noche, desde que cumplió cuatro años ya duerme en su propia habitación pero aún no se despega del todo de mi compañía, para mi es un niño único y muy especial, daría mi vida por él, por garantizar su bienestar y por quedarme siempre a su lado.

A mi hijo nadie me lo toca.

Trato de mantenerme tranquila ante la remota posibilidad de que lo hablado con Adan jamás pase, tengo una extraña confianza de que nunca va a suceder.

Mi hijo movía las caderas a ritmo de Daddy Yankee, dios es demasiado comico verlo bailar y sobre todo que le guste ese tipo de canciones, le encantan los sábados porque es el día libre de mama he hijo, nos quedamos más tiempo del debido en la cama, tomamos siestas durante el día, vemos películas o salimos al parque, me ayuda según él a limpiar, su parte favorita es pasar la aspiradora por todo el departamento como si de un juguete se tratara, su imaginación no tiene límites a la hora de inventarse a cada segundo nuevos oficios o nuevos juegos.

—Noah—grité un poco alto para que me escuchara, despegó la mirada del televisor y me observó —Hora del aspirador...

—¡Si! —corrió a prisa al cuarto de lavado a sacarla pero al segundo escuche algo cayéndose

¿Ahora qué tiro este niño?

Si, damas y caballeros cuando me asome todo el jabón de ropa estaba esparcido en el suelo, pobrecito trataba de levantarlo a prisa para que no lo viera, con tal de disminuir su preocupación me acerque agachándome a su altura y sin decirle nada le ayude a levantarlo yo no quiero que mi hijo crezca con desconfianza de no contarme las cosas y para ello con pequeños detalles como este le reafirmó la confianza que tengo en él y poco a poco irá entendiéndolo.

Tres horas después la casa estaba más decente, juguetes en su lugar, ropa lavándose, alfombra limpia, sin trastes sucios, se cocinaba una rica lasaña que será nuestra cena y era hora de un martirio no muy agradable para Noah, la tarea escolar. Estamos en la etapa de las mil cuestiones en el día, Noah para todo quiere una respuesta pero a la par se me suman las tareas de que aprenda el abecedario, consonantes, sumas y restas, gracias al cielo para mi existe YouTube y lo he necesitado con urgencia de tutoriales de como enseñarle, si no estaría perdida.

Sálvame señor.

Concéntrate Astrid es una suma de dos dígitos, puedes con esto y más.

Una hora nos tomó resolver los diez ejercicios de matemáticas, perdón hijo tu madre ya está viejita y se le olvidan las cosas.

Estaba sirviendo la cena para Noah y para mi cuando nuestro timbre sonó, escuche los pasitos apresurados de Noah, sabe que no debe abrirle a extraños pero es algo terco y me desobedece.

—¡Tíos! —los gritos y risas de felicidad saltaron a mis odios cuando las tres figuras de aparecieron Derik traía en sus hombros a Noah que se moría de la risa, en lugar de saludarme se metieron inmediatamente en la cocina a husmear nuestra cena

—He, no toques—le metí un manotazo a Darek que estaba a punto de tocar con sus dedos sucios mi comida—No estaría de más primero un saludo...

—Shhh, venimos hacerte compañía a cambio de comida...

Demonios del mal.

Derik acomodo a Noah en su lugar mientras Darek me ayudaba a servir los platos para la cena, desde mi embarazo este par de loquillos nunca me han dejado sola.

ÉXITO Y GLORIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora