EPÍLOGO

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Algunos años después.

El atardecer llegaba a su fin y la noche comenzaba a llegar, aquella familia pasaba la temporada de verano en Austin pero en fechas escolares se quedaban en Londres y cuando sentían el estrés a tope y necesitaban descansar disfrutaban de la villa en la Toscana. Había una ligera excepción ya que en los últimos tres años se habían instalado en Barcelona por el trabajo de ambos padres, la madre ocupada por la dirección del conglomerado inmobiliario del que ahora era CEO y dueña, llevaba varios años en donde había ido acumulando más premios en el área de arquitectura, cada vez sus diseños y proyectos valían más, el padre por otro lado era director del centro de cardiología más grande de Europa su sede hospitalaria estaba en la ciudad y había logrado recuperar el tiempo perdido en medicina, poseía múltiples hazañas médicas y una numerosa lista de pacientes recuperados, su fama como cirujano era envidiable, ambos seguían unidos y cada día era nueva aventura que los hacía amarse más.

La puerta se abrió y sigilosamente el mayor de los hijos quiso cruzar la entrada pero falló porque los gritos de su madre desde la cocina lo descubrieron, cerró los ojos rogando al cielo que fuera una mala pasada de su mente, grave error porque los gritos resonaron todavía más fuerte.

—!Noah¡!Noah!!Ven acá ahora mismo!—con pasos lentos y pesados el adolescente se resignó y terminó parado en el marco de la puerta observó a su madre con cautela cuando se acercó a él quedando frente a frente—¿Dónde estabas?—preguntó la madre en tono rígido

—En casa de alguien...—trato de sonar convincente y de reojo busco la ayuda de su progenitor que se mantenía estático y muy atento recargado sobre la barra de la cocina observaba todo con una mueca de gracia a nada de soltar la carcajada

—-¿Con quién estabas?—siguió insistiendo su madre

—Con alguien... —respondió de forma hosca, sabía que objetar respuestas a medias sólo enfurecería más a su madre por lo que decidió agregar algo más a su respuesta—Tenía un trabajo escolar...—eso era mentira pero cuando menos lo vio venir su madre pasó un dedo por su mejilla

Oh, no.

—Esto no parece ser parte de un trabajo escolar...—su madre observó sus dedos con una mueca extraña—Esto es...—detalló más su dedo—Labial...

Lo que tenía en los dedos era lápiz labial de un rojo cereza muy intenso.

La madre casi le daba un colapso mental y no alcanzaba a procesar que aquel niño que correteaba por los alrededores con la ropa llena de lodo, se creía James Bond y que pedía cuentos antes de dormir había quedado atrás, ahora era un jovencito apuesto de penetrantes ojos azules, cabellos negro azabache y de quince años con las hormonas a reventar y la juventud cruzando por su sangre.

—¿Explícame inmediatamente porque traes labial en el cuello?—un color carmesí pinto las mejillas del adolescente con la pregunta de su madre, no sabía que respuesta darle, el carraspeo detrás de ellos los interrumpió el padre compartió una mirada con su hijo que sin decir nada comprendió la señal y dio media vuelta prácticamente salió huyendo hacia su habitación

—¿Tú tienes algo que ver en esto?—la esposa fulminó con la mirada a su esposo y algo asqueada se limpió el labial del dedo

—Está creciendo castaña es normal que quiera divertirse y experimentar algunas cosas...—aquella respuesta no era la mejor que se le había ocurrido porque de inmediato la esposa molesta y en estado de shock dio media vuelta y con zancadas enormes salió corriendo escaleras arriba persiguiendo a su hijo—¿Tu que dices vamos a salvarle el pellejo a tu hermano?—giro la mirada donde la adorable bebe de dos años en el periquete dio un salto y estiró los brazos de forma juguetona hacia su padre

Era imposible de pensar que dos años después de su boda era el tiempo que le había tomado convencer a la castaña de su vida para tener otro bebe, al menos a la primera tirada les había salido el género esperado y así llegó el complemento perfecto para la familia. 

Esa dulce bebe esta vez era la viva imagen de la mama, ojos verdes herencia materna pero mantenía el pelo azabache rasgo paterno, quien observaba a aquella nena y a su peculiar hermano mayor no dudaba de la calidad de genes, ambos aun con la enorme diferencia de edad compartían una conexión única y especial, el sobreprotector hasta los huesos y ella berrinchuda y mimada que nadie podía decirle que no. 

En la planta alta de la casa la pared más grande era el mural familiar, lleno de retratos de los momentos más especiales al lado de la gente que tanto aman, el pelinegro vio a su mujer dando toques muy insistentes una y otra vez en la puerta del adolescente que se negaba a dar la cara, era entendible para él que el cambio de etapas estaba siendo un proceso muy largo, para nadie era un secreto lo rápido que el tiempo se había y ahora cruzaban una nueva situación que deben afrontar, llegó a su costado y paso a la bebe a los brazos de la madre que algo enfurruñada la tomo, esta vez él fue quien toco y como por arte de magia la puerta se abrió.

—¿Me darás un sermón?—el adolescente mantuvo la cabeza agachada

—No. —quito una bola de ropa sucia y logró abrir un pequeño espacio en la cama donde sentarse—¿Ella realmente te interesa hijo?—la pregunta hizo que el jovencito elevará la cara y asintiera, hace semanas que el pelinegro sabía de la existencia de la jovencita 

—¿Crees que soy un inmaduro?

—No. De hecho me pareces muy valiente...—aquellas palabras hicieron mella en el padre, su hijo había crecido y estaba viviendo su primera experiencia romántica esto último le cayó como golpe de realidad

—Mamá está muy molesta...—jugueteó con sus manos de forma nerviosa

—Solo porque no avisaste en donde estabas y nos preocupamos... —puso una mano en la rodilla de su hijo—Avisa en donde estás y no habrá problemas ¿está bien?

—Bien...—asintió y la presión en sus hombros se relajó incluso le regaló una ligera sonrisa a su padre

Definitivamente ya no era aquel niño que podía correr en calzones por la sala, ahora estaba a un paso de volverse un hombre y eso como cualquier nueva aventura daba miedo, sin embargo contaba tanto él como su hermana con una familia para respaldarlos en todo momento. 

ÉXITO Y GLORIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora