CAPÍTULO TREINTA Y DOS

3.6K 281 39
                                    

NICOLAS

—Adiós mami...—mi hijo agitó su manita a través del vidrio y la castaña que permanecía estática en el umbral de la entrada dijo adiós con la mano. Salimos del complejo de departamentos para internarnos a la carretera, por el camino Noah veía con detenimiento a su alrededor, cada color, planta, o casa para todo tenía una opinión al respecto.

Las últimas dos semanas después de la rueda de prensa han sido días más relajados y normales, Noah se ha ido adaptado mejor a la situación familiar, la castaña y yo hemos tomado un ritmo más simple y cómodo para nuestras actividades y el cuidado compartido de nuestro hijo.

Técnicamente hablando la fecha del Super Bowl fue hace una semana pero tuve una competencia y seguido de ello Noah se resfrió así que en complicidad con los chicos planeamos esta sorpresa para mi hijo, Marco, Julio y Valentino se unieron al plan muy encantados, tarde de chicos como lo dijo Julio. Llegamos a mi edificio, bajamos las cosas y sobre todo la maleta que la castaña personalmente preparó con las cosas de Noah, hoy se quedará conmigo y mañana lo llevaré a la escuela.

—Ven hijo...—entrelace su manita con la mía y subimos al elevador.

La mayoría de los vecinos ya han conocido a Noah porque en múltiples ocasiones se pasa correteando por los alrededores, fue una sorpresa para mí que durante el tiempo que llevo viviendo en este lugar jamás me había dado cuenta de que está lleno de jubilados, casi la mayoría de personas son adultos mayores eso hace que Noah les sea una distracción y a la vez lo vean como el pequeño del grupo.

—Buen día Nicolás...—el señor Poulsen me saluda pero a la vez agacha la cara en dirección de Noah—Hola Noah...—el lo saludo chocando su manita—¿Te quedaras con tu padre hoy?

—!SI¡—acompaña su respuesta con un pequeño saltito—¡Veremos a Boston contra Dallas! —el señor Poulsen comparte una mirada conmigo

—Larga historia...—respondo y él parece entenderlo así que asiente

—Diviértanse mucho...—los tres bajamos en el mismo piso pero cada quien a su respectiva destino

Con solo abrir la puerta llega a mí su grito ensordecedor—¡SORPRESA!—confeti vuela por mi cara y algunos hacia mi cabello, las carcajadas de Noah no se hacen esperar, salta de un lado a otro y vaya que tiene razones para hacerlo, los chicos llenaron todo con decoración del super bowl, hay pancartas de los equipos, ellos mismos usan camisetas alusivas, hay globos colgando y la mesa del comedor está llena de golosinas, chatarra y claro la típica pizza.

Noah seguía brincando cuando Marcó lo cargo y Valentino le pasa una playera de Boston que de inmediato se pone, Julio es el que acerca a mí.

—¿Qué tal todo papá gallina?—desde que escucharon como Astrid me llama de esa forma ellos no dejan de decirme así, recarga un brazo sobre mi hombro que de un manotazo quito, lo veo con mala cara y el idiota sonríe aún mas

—¡Papi! ¡Ya va a empezar!—Noah me arrastra desde la entrada hasta el enorme sofá de la sala

El primer tiempo del partido fue bastante pesado, la movidas simples y ni se diga de los jugadores, mariquitas llorones, con rozarles un codo ya gritaban o se quejaban de las faltas, la bola de changos a mis costados saben de sobra quién ganó pero por Noah se han quedado callados al contrario le siguen el juego de las caras y gestos que ha estado haciendo durante el partido.

—¿Quieres comer?—le susurro en la oreja pero niega—Debes comer cachorro...

—Mas al ratito...—ni atención me pone por seguir viendo la televisión

Otra media hora después vuelvo a preguntarle y si no hubiera sido por el medio tiempo no había poder en la tierra capaz de separarlo de la televisión, con razón la castaña le limita el tiempo.

ÉXITO Y GLORIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora