ÉXITO Y GLORIA (COMPLETA)

CAPÍTULO VEINTISEIS

ASTRID

Los guardias de mi padre rodeaban todo el terreno, había algunos en el jardín y muchos más dispersos por toda la zona.

—Toma esto, te calmara...—mi madre me pasó la taza de té, le di un sorbo y el líquido resbaló por mi garganta—Ya lo están resolviendo mi niña...—pasó una mano sobando mi espalda en forma de apoyo

El periódico con la maldita noticia estaba sobre la mesa, las palabras, frases y sobre todo la estúpida fotografía no se han despegado de mi mente en todo el día.

"Nicolas Labriska y Astrid Harrison, vistos juntos en Austin Texas"

Por amor al cielo cuando será el día que pueda estar tranquila, desde pequeña crecí teniendo pleno conocimiento de la clase de figuras públicas que son mis padres, ambos reconocidos en todo el mundo, pero incluso desde antes de que naciera ellos se alejaron y a mí también del ojo público, claro que supieron de mi existencia pero siempre me mantuvieron entre las sombras cuidando de mi integridad y de mi privacidad, nunca necesite ocultarme de nadie.

Tomé la decisión de hacer lo mismo con mi hijo, él nacería y tendría una niñez de lo más normal posible, hasta donde esté en mis manos alejarlo de los medios públicos lo haré, no me interesa el costo a pagar, que les quede bien en claro si hay alguien con quien nunca deben meterse estos buitres es con Noah.

Maldito periódico.

¿Qué es esa maldita idea? "el bastardo de los Harrison", ruego al cielo nunca encontrar al que escribió el reportaje porque entonces sacaré facetas mías que incluso yo desconozco, por mi hijo yo hago lo que sea.

La puerta se abrió y por ellos mis dos hermanos, mi padre y Nicolas entraron, todos con el ceño y la mirada molesta, por el señor altísimo no dejes que esto pase a mayores.

—¿Consiguieron algo?—preguntó mi madre en tono cauteloso pero mi padre negó

—¿Qué sigue?—pregunte aunque casi toda la tarde después de ver eso me he quedado en silencio con mis pensamientos, debemos actuar y hacer algo. 

Nicolas estaba pasmado cuando lo leyó y aunque prácticamente me ordenó que nos largáramos toda mi familia nos detuvo, y como no hacerlo, si la casa está rodeada de periodistas, razón suficiente para que los de seguridad no se muevan de sus lugares.

—¿Noah dónde está?—rompió el silencio Nicolas

—Arriba jugando...

Soltó un suspiro apesadumbrado y se levantó de su lugar con rumbo a las escaleras que subió a prisa brincando los escalones, por reflejo yo lo seguí. Entro de inmediato y apago el televisor, Noah dormía una siesta recargado sobre su oso de peluche, se puso a prisa su abrigo y cargó al niño tapándolo con una manta.

—Yo las llevo...—me adelante y jale las manijas de las maletas para sacarlas

—Si no nos vamos ahora seguirán molestando a tus padres y nos encerraran más... —tapó la cabeza de Noah—Hora de irnos castaña.... —alcance a dar un pequeño asentimiento.

Parece ser una decisión sensata y la única que tenemos.

En el recibidor de la casa los cuatro pares de ojos nos escanearon, sus caras de sorpresa eran muy evidentes pero ninguno dijo nada.

—Gracias por todo, un placer conocerlos...—como pudo el pelinegro estiró la mano en dirección de mi padre, la estrecharon y paso con mi madre y mis hermanos, Derik era el más calmado

—Cuida de mi sobrino y de mi hermana...—Darek le dio una mirada amenazante

Sentí mi corazón a punto de salirse de mi pecho pero mi madre me abrazó con fuerza al igual que mi padre, Derik beso mi frente y Darek dejó uno pequeño en la sien, sé que estarán bien y quieren lo mejor para nosotros.