CAPÍTULO NUEVE

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5 años después...

NICOLAS

La lluvia rebota por todo el parabrisas del auto, clásico clima aquí en Londres, pasamos del frío congela traseros a la maldita lluvia que te deja como perro mojado, un mal inicio para una etapa tan importante.

Tanto tiempo alejados y por fin podre verla de nuevo.

Las manos me sudan y tengo el pulso errático, baje con un paraguas cubriéndome la cabeza para no mojarme, entre todo el tumulto de gente que se conglomeran en los aeropuertos fue una proeza poder llegar a la zona de arribos, en una de las pantallas se mostraban los datos de su vuelo, debe ya haber aterrizado. 

Saque mi celular de uno mis bolsillos para checar la hora o en dado caso marcar su número y poder encontrarla, así como es de despistada se puede perder, un empujón a mi costado derecho me hizo soltar el teléfono y que terminará en el piso.

—Lo lamento —la mujer de cabellera castaña con detalles dorados despegó el teléfono de su oreja, se agacho levantándolo de inmediato y devolviéndomelo— Perdón—su cara estaba oculta tras la gafas de sol, me regaló una sonrisa apenada y siguió su camino a toda prisa

Londinenses siempre viviendo al límite.

—¿Hijo?—esa voz, alce la cabeza observándola frente a mí, los años ya cruzan por sus facciones pero sigue siendo igual de hermosa y vivaz —Dale un abrazo a tu madre —estiró sus brazos y con el corazón saltando de alegría la estreche entre los míos, su aroma y toda su fisonomía me da una seguridad incomparable, es lo único que tengo en el mundo y lo que nunca quiero perder —Mírate, ¿dónde quedó el niño que corría lleno de lodo por la casa? Ahora eres todo un hombre...—acarició mis mejillas con cariño

—Vamos a casa mamá...

La mirada de mi madre vagaba por todo lo que se observa a su alrededor en las calles de Londres, en los últimos años ha cambiado bastante la ciudad. Seguimos moviéndonos hasta la entrada del complejo donde está mi departamento.

—Señor Nicolas, déjeme ayudarlo —Hugo el encargado de la recepción se acerca a mí para ayudarme con las maletas de mi madre —Quería comentarle algo...

—¿Qué pasa? —logramos meter las maletas en el elevador

—La administración aprobó la remodelación de todo el edificio pero como usted tiene el más grande, quieren saber si tiene alguna injerencia personal sobre las modificaciones...

—¿Vendrán los encargados?

—Si, según me dijeron se darán una vuelta por aquí el día viernes...

—Perfecto, cuando vengan quiero hablar con el encargado, pídeles que quiero una reunión con ellos pero que sea hasta después de Wimbledon....

—Así será señor...

Abrí la puerta de mi departamento para que pudiera pasar mi madre, arrastre las maletas hasta el recibidor, tengo una vista privilegiada al norte del Big Ben, en las mañanas en una mierda escuchar ese trasto pitando, malditos londinenses bájenle el volumen y dejen dormir.

—Cocinare la cena — mi madre se quitó el abrigo, los guantes y dejó su bolsa, oh no...

—Tal vez sea mejor opción salir a cenar madre...

—¿Por qué? —me observo cautelosa—No, yo sé que tu comes mucha comida que solo dios sabe cómo esté cocinada, así que esta noche tu madre hará comida casera para ti...

Rayos. 

Antes de que lo notara a paso lento me escabullí por el pasillo, no había llegado a la mitad cuando escuche sus gritos.

ÉXITO Y GLORIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora