CAPÍTULO VEINTITRES P1

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ASTRID

El día estaba sumamente nublado cuando llegamos a la arena de entrenamientos Noah inmediatamente corrió desde lo más alto de las gradas hasta saltar a los brazos de su padre en la cancha.

Sus risas fueron llenando el espacio y el resto de los presentes centró su atención en mi hijo y su progenitor divirtiéndose, Nicolas le puso en las manos la raqueta de tenis y le ayudó a empuñarla, mi pobre hijo apenas si podía con el peso. Nicolás lo acomodo justo delante de la red, mi hijo se quedó ahí parado como si estuviera jugando una final, Nicolas lanzó la pelota y el logro darle lanzándola a una distancia prudente.

—Hola Astrid...—reconocí justo al lado de mi al que supongo es Valentino, amigo de Nicolas—¿Espero no incomodarte?...—preguntó con una pequeña sonrisa

—No, para nada...—sonreí de medio lado y me crucé de brazos concentrando mi atención en el frente

—Es bueno volver a verlo reír de ese modo...—susurro con tono soñador mirando al pelinegro

—¿Antes no lo hacía?—resultó inevitable que no soltara la pregunta

—No, bueno no desde hace un tiempo...su hijo le devolvió la alegría que había perdido...

—¿Conoces a Nicolas desde hace mucho?

—Desde hace un par de años...

Valentino se quedó a mi lado, el entrenador se acercó a ellos interrumpiendo su ronda de juegos, Noah obedeció y se sentó lo más cerca que pudo de la cancha, en estos días a agarrado la manía de no querer perderse ni un solo entrenamiento del pelinegro, por obvias razones he estado más que obligada a acompañarlo.

Desde pequeño Noah está bastante inmerso en el tema del tenis, obvio si es nieto de leyendas, sobrino consentido de herederos, sería una barbaridad que no supiera agarrar una raqueta o que nunca hubiera jugado tenis, la cereza del pastel, su padre es un jugador reconocido dentro de los rankings internacionales.

Familia de tenistas orgullosos y egocéntricos.

—¿Vendrás mañana a la competencia?—desvié mi atención del centro a la pregunta de Valentino

—¿Cuál competencia?

—Habrá un juego de pre eliminatoria mañana por el abierto de estado unidos, ya está a unos meses....

—Nicolas no mencionó nada pero supongo que Noah querrá venir...

—También deberías venir tú...—sonrió de lado mostrándome parte de su dentadura

—Ya veremos...—respondió soltando una pequeña carcajada

Y en esto último no miento, es de valientes competir en un deporte así de competitivo como el tenis pero también es de valientes cumplir con las responsabilidades y yo tengo muchas cosas que hacer y que no quiero dejar de lado.

Por el sagrado dios del tenis

No eran ni las ocho de la mañana cuando en este dulce sábado, Noah ya debe estar despierto, ¿qué pecado es este señor? Noah no dejo de brincar en la cama hasta que me despertó y me hizo levantarme. Tal como lo había previsto, Noah quería ser el primero en la fila a la hora de ver a su padre, ni modos Astrid hay que tomar decisiones y no será algo fácil.

Mi decisión fue firme, primero deje que Valentino recogiera a Noah que acompañado de Julieta lo llevaron al estadio, yo tenía un par de reuniones urgentes junto con algunos contratos que resolver así que recogeré a Noah cuando el torneo termine, es mejor así.

No es por ser grosera ni orgullosa pero no me nace del todo que Nicolas y yo compartamos más tiempo del estrictamente necesario, eso no significa que minimice sus esfuerzos como padre o que no preste atención ni muchísimo menos que no tenga confianza en él, es simplemente que durante estos días lo he reflexionado y llegue a la decisión de establecer normas, barreras o límites como quieran llamarle a la hora de decidir sobre qué es lo que yo quiero, lo que es mejor para Noah y el tipo de trato que él y yo debemos tener y dentro de estas definiciones ninguna abarca el hecho de que yo debo estar presente en todo momento de su carrera, perdón pero somos adultos y los temas labores de lo familiar van en sentidos opuestos. Simple y sencillo.

ÉXITO Y GLORIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora