🆃🆁🅴🅲🅴

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Volvieron a adentrarse a la habitación y Joaquín volvió a sentarse en la orilla de la cama mientras dejaba sus cosas, por su parte, Emilio se sentó y comenzó a comer su mitad de sándwich que le había quedado.

— Bien, Meison es un dolor en las bolas y parece que me odia porque siempre me pone malas notas aunque me esfuerzo en hacer los trabajos de la mejor manera posible. — rodó los ojos. — ¿Por dónde empiezo?

Joaquín estaba terminando de ver, casi horrorizado los trabajos del rizado. En verdad necesitaba ayuda.

— Por el principio. Lo siento, pero está todo mal, Emilio. ¿Siquiera sabes lo que es lo biología? Porque creo que has creído que estabas en otra materia. — intentó no sonar brusco, pero sus palabras salieron antes de pensarlo mejor.

Osorio frunció el ceño y bufó.

— Tampoco me lo digas así. — se quejó girando su rostro de manera ofendida, mostrando un leve puchero.

El castaño lo observó y mordió su lengua mientras agachaba la cabeza y escondía la sonrisa, intentando detener esa sensación en su pecho por aquel simple y estúpido gesto.

— Lo siento. Bien. Te ayudaré a completar ésto. Empecemos por el trabajo del sistema endocrino. No has hecho nada en éste.

Chasqueó la lengua. — Ah, es que no entendía lo que tenía que responder. No entendí el tema.

Negó. — Bien. Entonces, empecemos a completar éste. Luego comenzaremos con otro. Creo que 1 semana y media nos vá a alcanzar para completar todos los trabajos.

— De acuerdo. Hagámoslo.




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Los efectos de los calmantes ya habían abandonado su sistema hace ya media hora y realmente estaba sufriendo en esa posición, intentó disimular su dolor de la mejor manera posible.

— ¿Has entendido cuál es la función del sistema endocrino en nuestra anatomía, Emilio? — preguntó, mientras llevaba con algo de disimulo su mano y masajeaba su costado, tratando de aliviar el dolor.

Osorio se puso derecho y rascó su ceja antes de asentir.

— Si. ¿Debería escribir todo ó sólo hago un resumen y ya? Creo que con un resumen corto ya quedaría bien.

Suspiró, odiando la acción al instante y apretó sus dientes.

— Has un resumen, pero que sea bien elaborado. — contestó con dificultad. No tuvo más remedio que ponerse de pié. — ¿Te... Te molesta si voy al baño un segundo?

Emilio lo observó y negó.

— No, vé tranquilo.

Joaquín apretó el lugar dónde le daban esas puntadas y se apresuró a encerrarse en el baño. Una vez allí, se colocó frente al espejo y con cuidado levantó su camiseta, soltando un jadeo cuándo vió los cardenales morados y verdes en el costado de su abdomen.

Te Amo Emilio // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora