🅲🆄🅰🆁🅴🅽🆃🅰 🆈 🆂🅴🅸🆂

304 40 17
                                    





— Debo volver a la clínica, Joaquín ha despertado. — dijo entrando nuevamente a la sala después de haber recibido la llamada de Renata.

— ¿Quieres que te acompañemos? — le preguntó Elyzabeth.

Encogió sus hombros. — No quería molestarlas en pedirles que lo hicieran.

Sánchez soltó un bufido. — Ay, Emilio, ¿Desde cuándo no quieres molestarnos con algo? — se burló. — hablas cómo si fuese que no queremos acompañarte a ningún lado, somos tus amigas, tonto. Iremos a dónde tú vayas.

— Menos a una orgía, porque Leidy no me deja.

Rodó los ojos. — ¿Porqué siempre tienen que decir algo subnormal? Vamos, idiotas.

— No es cierto eso de que no la dejo ir a orgías, no le creas. — se defendió la pelinegra cruzándose de brazos.

— La otra vez te-...

— ¡Mueve tu gordo y rico trasero y cierra la boca, Ely!




— ¡Mueve tu gordo y rico trasero y cierra la boca, Ely!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





— ¿Recuerdas cuándo, de pequeños, quisiste armar tu propia casita en el fondo de casa, para que sólo viviéramos los dos y luego la dejaste a la mitad? — preguntó Renata después de unos minutos en que ambos se quedaron callados.

El castaño volvió a abrir sus ojos y la observó.

— Lo recuerdo. Tú no me dejabas terminarla nunca. — respondió. — necesitaba tu ayuda para comenzar el techo.

Negó al instante. — Creo que la amnesia también afectó tus recuerdos a largo plazo, porque eso es mentira.

— Eso fué bastante ofensivo, sabiendo que he perdido la memoria. — se quejó seriamente para después terminar sonriendo. —  por si no recuerdas, eras más alta que yo en ese tiempo y sí, necesitaba tu ayuda.

— Nunca me la pediste.

Bufó. — ¿Nunca? — cuestionó a lo que su hermana negó cómo respuesta. — Eres una difamadora y una mentirosa. Estoy completamente seguro de que yo-...

Unos toques resonaron en la puerta y luego ésta misma se abrió un poco interrumpiendo su discusión, una cabellera rizada se dejó mostrar antes de que el oji-café entrara completamente. Bondoni creyó que volvió a enamorarse aún más cuándo vió la sonrisa que fué dirigida hacía él por parte de Osorio.

¿Cuántas veces imaginó ese gesto siendo otorgado a él? Ya había perdido la cuenta, pero allí estaba.

— Hola, Ren. — saludó Emilio, acercándose para besar su mejilla.

— ¿Descansaste, Emilio? — preguntó la castaña.

Encogió sus hombros. — Algo. Estuvieron las chicas en casa así que no mucho. — explicó con brevedad. — Hola, Joaco. — dijo ésta vez y se acercó para repetir la misma acción. Ésta vez, el beso fué más expresivo que el que le dió a la mayor de los Bondoni.

Te Amo Emilio // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora