🆅🅴🅸🅽🆃🅸🆃🆁é🆂

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No había conseguido conciliar el sueño en toda la noche pensando en todos los motivos por los cuáles Joaquín había decidido fingir amarlo.

Estaba confundido, ¿Porqué el castaño haría algo así? Era sabido que ambos no se llevaban bien. Pero, ¿Llegar hasta ese punto?

Era completamente inadmisible.

Creó muchas escenas en su mente, sobre cómo reaccionaria en el momento en que volviera a verlo.

Pero en todas, terminaba furioso y con ganas de reclamarle porque jodida razón había hecho algo así.

El alta de Joaquín sería dado recién al atardecer, por lo que no tuvo más opción que ir a la preparatoria, aún se sentía en ese estado de shock, aún sentía que era una maldita broma y aún seguía molesto, no sabía si era por el hecho de tratarse de Joaquín; ó porque, de alguna manera, él había comenzado a sentirse bien con la persona que le enviaba esos mensajes.

Se sentía un completo estúpido.


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Llegó y fué directamente a la sección de lockers, entonces los vió en grupito, cómo cada puto día, aunque faltaba su líder.

Estaba más que seguro que ellos ya estaban al tanto de esos estúpidos mensajes y que se reían en su propia cara por haber caído en ese jueguito.

Apretó con fuerza la tira de su mochila y trató de pasar lo más relajado posible frente a ese montón de inútiles.

— Hey, Emilio. — saludó Eduardo Barquín. Emilio creía que era el único del grupo que le caía menos mal.

Le dió un breve asentimiento e intentó seguir con su andar, sin embargo, el chico volvió a hablarle.

— ¿Has sabido algo sobre el idiota de René?

Se detuvo y respiró hondo — Está detenido aún. — respondió brevemente.

Barquín se alejó del grupo, acortando los pocos centímetros que le separaban del oji-café. — Oye, quería agradecerte en nombre de los chicos lo que has hecho por Joaquín ayer. No mentimos cuándo dijimos que te debíamos una.

— Dá igual, no hace falta que me deban nada.

Suspiró. — ¿Porqué todo es tan difícil contigo? Estoy tratando de hablar bien contigo, pero siempre nos respondes para la mierda, Osorio. ¿Tanto nos odias?

Bufó. — No vengas con ese cuento barato, Eduardo. Tú grupo de pendejos son los peores cabrones que existen. No quieras hacerte el bueno conmigo después de lo que me han hecho. — escupió.

— El único que siempre te ha jodido es Diego, por lo menos yo, jamás te hecho nada. — se defendió.

— ¿Porqué mejor no terminan con éste juego de mierda, eh? Ustedes ganaron, no me jodas. — dijo apretando la mandíbula.

Te Amo Emilio // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora