Te Amo Emilio // Adaptación Emiliaco

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6 días habían pasado desde que los médicos decidieron seguir el protocolo de la descompresión cerebral. Cómo habían dicho los especialistas, ésto había tardado días, pero la inflamación ya era casi nula desde el día anterior. Por mayor cautela, tomaron la decisión de dejar que pasara 1 día más antes de volver a llevarlo al quirófano para poder completar la cirugía y volver a colocar el hueso en su lugar para cerrar la abertura.

Emilio no abandonaba la clínica más que para ir a ducharse a su casa y cambiarse de ropa en los momentos que Renata, Uberto ó Temo estaban para reemplazarlo, no podían entrar a verlo, pero aún así, él no dejaría sólo al castaño.

Los médicos no daban muchas certezas, pero decían que el hecho de que aún siguiera con vida era un punto positivo entre toda aquella fatídica situación.

El grupito de ex amigos del castaño también hicieron acto de presencia los días anteriores, todos menos Diego Valdes.

Hasta el día de hoy.

Se encontraban Emilio, junto a Elyzabeth, Leidy y Temo, ya que Renata estaba cumpliendo sus horarios de trabajo, cuándo el castaño se apareció por la sala de espera en terapia intensiva.

Osorio se puso de pié inmediatamente, observando el estado del chico, Diego se encontraba con una ceja partida, al igual que su labio inferior y acompañado su rostro por algunos pequeños moretones. Además de agregar que caminaba algo cojo.

— ¿Qué estás haciendo aquí, Valdes? — preguntó con seriedad, sintiendo cómo la ojinegra se ponía a su lado y le daba un pequeño apretón a su brazo.

— Aunque a tí no te guste, fuí el mejor amigo de Joaquín por años, he venido a saber cómo está. — respondió en cuánto estuvieron frente a frente.

— ¿Y hasta ahora te apareces? Porque nunca te he visto y hace casi 1 semana que mí hermano está internado en éste lugar. — intervino el menor de los Bondoni.

Valdes enarcó una ceja. — Si no he venido antes, es porque tuve unos problemas familiares. — dijo cortante. — ¿Cómo está? ¿Saben si hay algún avance?

Ni Emilio ni Temo contestaron, Elyzabeth suspiró, pero terminó respondiendo:

— Sigue en coma, en unas horas lo van a operar de nuevo.

— ¿Cuánto tiempo tardará para despertar luego de eso? ¿Saben si tendrá alguna secuela ó algo? — cuestionó con preocupación.

— Los doctores dijeron que puede haber secuelas cuándo despierte. Es lo más probable, le dieron un maldito disparo en la cabeza, ¿Tú que crees? — dijo Emilio al instante. — ¿Y a tí que mierda te pasó? ¿A quién jodiste para que te rompieran la cara de esa manera?

Diego le dió una mala mirada.

— Eso a tí te importa una mierda, Osorio. He venido a visitar a Joaquín, pero eso no significa que tenga que aguantar tus estupideces.

— Relájate, Valdes. — dijo Leidy. — Éste no es el lugar ni el momento para que empieces con tus mierdas. Respeta el lugar y respeta la situación de Joaquín. — agregó con un tono duro.

— La pelinegra tiene razón. — dijo Temo. — Si no dejas de hablar mierdas, mejor lárgate.

Bufó. — Sólo quería saber cómo se encontraba Joaquín, no sabía que el perro faldero estaría agresivo hoy. — contestó con desdén. — ¿Qué clase de secuelas dijeron que podría tener? ¿Perderá la memoria?

Emilio iba a responder, pero otro apretón de Elyzabeth lo detuvo.

— Es una de las probabilidades. Aunque esperemos que sea parte del 10 por ciento de la población en la que sobrevive sin ninguna secuela. — respondió por ella. — ¿No te lo han dicho tus amigos?