🅲🆄🅰🆁🅴🅽🆃🅰

413 41 31
                                    






— ¿Seguro que no quieres venir con nosotros, Niko? — le preguntó al rubio en cuánto bajó a la sala ya duchado y vestido, Joaquín estaba junto a él, Bondoni había sido el primero en arreglarse, hicieron un lío para buscar un outfit suyo que le quedara al castaño.

Caballero se levantó y estiró sus brazos, soltando un bostezo.
— Descuida, salgan tranquilos, la próxima vez iré con ustedes, es que hoy haré de mal tercio, es salida de parejas.

— Vamos, puedes venir igual. — insistió Joaquín.

— La próxima vez saldremos los 6, le diré a Eduardo que vaya conmigo, no quiero verlos a los cuatro ahí abrazados ó besándose y yo sólo cómo un perro. — hizo un puchero.

Emilio bufó, pero terminó riendo. — Bueno, te llevamos hasta tu casa al menos.

— En eso si no me negaré. — aseguró. — Adiós, mí bebé precioso. ¿Te me cuidas, sí? Te amo mucho, Samay. — se despidió acariciándole el lomo antes de marcharse junto a la pareja.

Salieron de la casa de Osorio y subieron al auto, Joaquín se sentó al lado del rizado mientras que Nikolás se subió en los asientos traseros, pero sin tardarse demasiado en apoyar sus brazos en cada asiento delantero y casi entrometer su cuerpo entero entre los dos.

— ¿Y a dónde irán? ¿Tienen planeado ir a algún sitio en especial, huh? — preguntó en cuánto Emilio puso en marcha el auto.

— Quedamos con las chicas en encontrarnos en Daisy's y luego veremos a dónde ir. — respondió el oji-café. — ¿Tú que harás ahora?

Frunció sus labios e hizo un sonido algo pensativo.

— Pues, tal vez visite a Eddie, ya que Greg me dió la tarde y noche libre, lo iré a ver. Espero y esté en su casa.

— Seguramente lo está, los lunes Eduardo siempre se queda en casa por Lisa. — dijo el castaño mientras observaba el retrovisor. — oigan, ¿Han visto ese auto azul detrás nuestro? — cuestionó sin quitar la vista del espejo.

Caballero se giró rápidamente mientras que Emilio también le echaba una mirada por el retrovisor izquierdo.

— Si, ¿Qué tiene? — preguntó el oji-verde.

Encogió sus hombros. — Se me hace raro que siga detrás nuestro por tanto tiempo. — contestó. — hay algo extraño en ello. Es cómo si nos estuviera siguiendo.

— ¿Estás seguro que nos ha estado siguiendo? — ésta vez fué el turno de Emilio en preguntar.

— Has dado 2 giros en distintas calles y aún sigue ahí.

— ¿Porqué debería de seguirnos? No estamos en ninguna banda de delincuencia y no hemos matado a nadie. — dijo Niko algo confundido por ello. — ¿Ustedes si?

Osorio rodó los ojos. — Tú y tus tonterías, Caballero. — se quejó. — veremos si sigue detrás nuestro. Aférrense a algo ó lo que sea. — dijo haciendo un cambio y apretando el acelerador, aumentando la velocidad, los cuerpos de Niko y Joaquín se apegaron a los asientos por inercia mientras se aferraban con bastante fuerza a sus cinturones de seguridad.

Osorio los llevó en dirección a una de las calles que le dirigían hacía la autopista, importándole muy poco las leyes transitorias, el auto azul que venía detrás suyo, los perdió entre la multitud de vehículos que casi experimentalmente, el rizado logró sobrepasar.

— Creo... Creo que ya lo perdimos. — dijo el rubio en cuánto bajó la velocidad. — Mierda, Emilio, ¿Acaso te crees piloto de carreras ó qué? Mis tripas casi se me salen por lugares que en éste momento no quiero nombrar.

Te Amo Emilio // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora