🅲🆄🅰🆁🅴🅽🆃🅰 🆈 🅲🆄🅰🆃🆁🅾

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Sus miradas estaban fijas en el contrario aunque de sus labios aún no salía palabra alguna. Simplemente allí estaban, viéndose cómo 2 tontos, demasiados nerviosos por la reacción del otro.

Fué Emilio quién decidió cortar con aquella tensión y dió unos pasos adelante, tomando la silla vacía y sentándose a un lado de la camilla dónde el castaño se encontraba, demasiado aturdido por la presencia del rizado, sintiéndose cómo un corderito frente a un lobo.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó el oji-café entonces con suavidad.

Joaquín boqueó, soltando sólo un leve y bajo balbuceo, se sentía demasiado consternado por varias razones: Emilio Osorio, el chico del que siempre estuvo enamorado y el mismo que siempre le ha demostrado odio estaba allí, preocupándose por él y viéndolo con una expresión que parecía cariño. ¿Acaso su accidente le había ablandado el corazón y Osorio decidió una tregua entre ambos?

— Bueno, no sé cómo responder a esa pregunta en éste momento. — respondió al fin, admitiendo con algo de vergüenza. — no sé que me sucedió, sólo dijeron que tuve un accidente y que he estado dormido por unas semanas, mí cabeza me duele un poco, no puedo mover mis piernas y no entiendo porqué nadie quiere darme una simple respuesta al respecto. Después de eso, creo que estoy bien. ¿Y tú? — la intensa mirada del oji-café estaba haciéndolo sentir aún más nervioso de lo que ya estaba.

Emilio sólo quería levantarse y volver a besar esos labios que tantísimo había extrañado, pero si Joaquín no recordaba nada de lo que vivieron juntos, no podía tomarse la libertad de hacerlo ya que sería algo muy raro para Bondoni, ellos ni siquiera se hablaban si no era por una estúpida pelea ocasionada por el imbécil de Valdes que terminaba entre un par de insultos de él hacía el castaño.

Relamió sus labios y asintió con lentitud.

— Tranquilo, te contaremos todo lo que pasó en el transcurso de los días, no podemos llenarte de información de manera brusca, lo único que importa ahora es que tú estás bien, tus piernas volverán a tener su movilidad con rehabilitación y todo volverá a la normalidad. — le respondió con una pequeña sonrisa. — Y ahora estoy bien, demasiado bien, cómo hace mucho tiempo no lo estaba, Joaco. — agregó.

Se quedó helado al oírlo llamarle de esa manera, creyó jamás tener la posibilidad de que Emilio siquiera entablara una conversación normal con él y ahora le había dicho "Joaco" cómo si fueran amigos.

"¿Acabas de decirme Joaco?"

"Eso fué lo que hice, sí."

"Me gusta, es mejor que me digas así en vez de Joaquín ó Bondoni."

Apretó con algo de fuerza sus ojos al mismo momento en que su cabeza le dolía aún más y pareció que su entorno comenzó a moverse, mareándolo en el proceso.

¿Qué había sido eso? ¿Un recuerdo?

— ¿Joaquín, estás bien? — escuchó al rizado preguntarle y se obligó a mirarlo.

— Lo s-siento... Mí cabeza duele mucho.

— Llamaré al médico. — dijo inmediatamente el rizado, pero antes de poder moverse, el castaño lo detuvo.

— No, quédate. — le pidió sin pensarlo. — yo... Sólo quiero preguntarte algo, Emilio.

Osorio se acomodó en su asiento nuevamente y asintió.

— Claro.

No encontraba una forma adecuada de hacer la pregunta sin que sonara grosera, no sabía cómo iba a tomársela el oji-café y no quería joder lo que sea que haya ocurrido entre ellos para que Emilio estuviera allí con él.

Te Amo Emilio // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora