30 días OTP (Sally Face x Travis)

Beso

Travis estaba en la habitación de Sal Fischer, el chico ridículo que usa coletas y tiene un color de cabello extravagante, el mismo chico que le tendió la mano tras oírlo llorar en los baños de la escuela secundaria y el mismo que aceptó con los brazos abiertos sus sentimientos reprimidos.

Para Sal era completamente normal amar, fuera mujer u hombre pero para el padre de Travis no era así, el pastor Phelps, al enterarse de que su hijo es homosexual y tenía una relación amorosa con el joven Fischer, no dudo en propinarle una golpiza que le dejo moradoe hinchado el ojo, de igual manera se podía distinguir un ligero derrame en la retina.

Travis solo miraba a Gizmo mientras Sal se encarga a de sanar el golpe, le limpio la herida y le colocó gotas en el ojo, una vez había cerrado el botiquín se acercó a Travis y peino su flequillo.

—¿Cómo te sientes?— preguntó Sal.

—mejor—. Respondió el rubio, Sally quería saber cómo ayudar a su novio, se sentía inútil solo mirándolo, la verdad es que Kenneth Phelp lo había corrido de casa, ahora el rubio solo tenía como opción a su novio.

—Travis, las cosas mejorarán, ahora que tu padre te ha dejado en paz ya no debes temer a nada ni nadie, mientras estés conmigo nadie te volverá a golpear—. Dijo Sal mientras se acercaba a Travis, acortó la distancia hasta que estuvieron a centímetros el uno del otro.

— A veces pienso que no me debí enamorarme de ti—. Respondió entrecortado Phelps.
Sally acogió el rostro del rubio y lo miró con preocupación.

—Sentir amor por alguien no debería estar mal, es amor Travis, no estamos dañando a nadie—. Sally abrazo a Travis y lo sujetó con fuerza— Yo entendería si quieres regresar a tu casa y terminar nuestra relación pero no lo aceptaría a menos que sea porque ya no me amas.

Ambos chicos rompieron en llanto, la obscuridad de la habitación los hacía sentir cómodos, Travis aprovechó la privacidad para desabrochar la prótesis de Sal, al peli azul no le molesto el gesto, dejó que le quitará la prótesis para mirarse unos segundos en silencio.

—yo no te quiero dejar Sal, pero tengo miedo de estar haciendo las cosas mal—. Ambos entrelazaron sus dedos y juntaron sus frentes.

— Tenemos mucho camino por recorrer Travis pero juntos aprenderemos sobre la marcha, yo no dejaré que te vuelvan a lastimar, te lo juro—. Dijo el más bajo mientras acercaba sus labios a los de Travis.

El rubio se quedó quieto viendo como el otro joven se acercaba, cerraron los ojos y juntaron sus labios en un tierno beso, la resequedad de Sal Fischer se mezclaba con la húmeda calidez de Travis, por unos segundos ambos estuvieron tranquilos, alejados de los demás.
Eran solo ellos dos en un sentimiento de calidez y comodidad.

El rubio paseo su mano por el cabello recogido de Sal, comenzó a llorar cuando sintió que podía respirar sin pensar que estaba cometiendo un pecado, sin la mirada de su padre a su espalda, sin la moral retorcida del pastor y sin los abusos físicos y psicológicos que lo ahogaban.

—Te amo—. Dijo Sal acariciando la mejilla de Travis.

—Yo también Sal—. Respondió después de respirar.