30 días OTP (Sally Face x Travis)

Mientras lo masturba

Era un día extremadamente frío, las ventanas estaban empañadas por el calor interior, en la habitación de Sal, molestaba  el ruido constante del póster despegándose y los arañazos de Gizmo intentando ingresar pero algo mantenía ocupados a los jóvenes en su interior pues mientras Travis masturba a Sal el mundo entero se pondría en su contra.

No fue fácil para el peliazul convencer a su novio a ponerse de rodillas frente a su cama para que posteriormente lo masturbara con su boca pero después de tanto insistir logró que los labios húmedos del cristiano se posarán alrededor de su falo y no fue fácil callarse las miles de referencias satíricas acerca de sus rodillas posadas en el suelo como cuando reza.

El primer suspiro de Sal salió cuando su padre llamó a la puerta.

—¡Mierda!— susurro Sal mirando a Travis nervioso y a punto de abandonar su felación. —¿Qué…pasó papá?—. El peliazul cogió el cabello del rubio y lo empujó contra su pelvis.

—Nada…solo me cercioraba de que estuvieras bien, recién llegué del trabajo y por lo visto…Travis está contigo —. Eso último sonó como un severo llamado de atención.

—aghh—. Travis no pudo evitar quejarse al sentir como el pene de Sal golpeaba profundo en su garganta.

—¡Eh! Si…está aquí,estamos…mmmgh…estudiando, Travis apesta en matemáticas—. Insistió en dirigir el movimiento de su cabeza provocando que su falo estuviera siendo frotado de arriba hacia abajo por la húmeda cavidad bucal del rubio.

—Bien…en medida de lo posible no tengan cerrada la puerta—. Henry Fisher de retiro sin esperar respuesta.

—¡Carajo! Ah,ah…—Sal no noto cuando su padre se alejó pero no aguanto mucho al ver los ojos llorosos de su novio.

Rápidamente sostuvo con ambas manos su cabello y lo jaló hacia atrás, en respuesta el moreno gimió. La escena era lo suficientemente obscena, los labios dejaban algo de saliva en la extensión de la piel enrojecida de la excitación.

—te ves como toda una puta Traaaavis—. No eran comentarios con la intención de ofender pero vaya que lo hacían, le hervía la sangre al rubio cada que Sal le hacía menciones referentes a su obscenidad.

Las manos de Travis empujaron lejos a Sal, el más alto cayó al suelo tosiendo sin control.

—Me estabas…cof, cof,cof…ahogando—. Travis tenía una notoria erección que invitaba al peliazul a unirse con él en el suelo frío y obscuro.

—perdon pero de verdad pensé que podrías llegar al final y tragarte mi semen—. El joven bajo se dejó caer en el suelo y gateo su cadera hasta estar frente a frente con su novio, sus piernas estaban a los costados de Travis y daba el acceso apropiado para que sus penes pudieran ser frotados en conjunto.

—¿Estás loco? Ni en un millón de años me tragaría tu…semen…— Travis vio con calma como sus pantalones cortos eran desabrochados y sus calzoncillos se apartaban por las hábiles manos de Sal, esa piel pálida y esas uñas negras ya sabían exactamente dónde tocar al rubio para levantarle el ánimo.

—algún día te demostraré que estás equivocado con decir que ni en un millón de años, me haré adictivo para ti, Traaavis—. Apenas sus manos rodearon ambos penes el rubio dejó salir un gimoteo que pudo haber alertado al señor Henry.

—¡Maldición! Espero tu papá no venga — Travis cubrió sus labios sintiendo como esa fría mano bajaba hasta su pelvis y volvía a subir, el calor del pene contrario le provocaba espasmos de placer, se negaba a bajar la mirada y con toda razón pues el simple hecho de sentir el presemen ensuciar sus pieles lo hacía sentir bastante pornográfico para el rubio.