Contra la pared

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—Guarda silencio Traaavis—. Sal tenía el cuerpo del rubio contra la pared, esa ligera pared que los separa del exterior.

Su mano izquierda mantenía en alto la pierna flexionada de Travis, su equilibrio era pésimo pero no podían contenerse ante los actos más depravados del momento.

—mmmh…ah,ah…—. El trasero del rubio se sentía viscoso al igual que su pene, sus pezones golpeaban erectos contra el metal de la puerta del baño.

—¡Mierda!— exclamó Sal— debes ser más silencioso, acaba de entrar alguien.

Sal puso su mano libre en los labios húmedos del moreno, a su vez se volvió a empujar en el cálido y resbaloso interior provocando que tanto él como Travis temblarán de placer.

—mmmhg…—. Los dientes del rubio rozaron la palma de su mano, su lengua pedía atención al igual que su mirada necesitada.

El peliazul noto como las manos de Travis buscaban de dónde sostenerse mientras su pecho inconsciente se frotaba contra la puerta.

—Travis, tengo tanto calor de solo verte—.  El pene de Sal salía a mitad de camino para volverse a estrellar contra las nalgas del rubio, su espalda era lo suficientemente sexy para provocar al rubio.

Para ser su matón, el rubio poseía un cuerpo esbelto que se veía intimidante por su apariencia descuidada y su altura pero debajo de esas prendas se encontraba un cuerpo delicado, suave y con las curvas más hermosas a vista de Sal.

La mano del peliazul estaba húmeda por los gemidos ahogados, podía sentir como su mano flaqueaba en su intento por mantener levantada la pierna de su novio pero eso le proporcionaba una mejor vista de su falo entrando y saliendo.

—mmmhga…s…al—. Escucho su nombre entre gemidos.

—¿Qué ocurre Travis?—. Al acercarse y quitar su mano pudo notar los ojos acuosos del más alto.

—me siento…mareado…—. Travis ya se habría corrido unas dos veces con anterioridad por lo que no le extrañaba que estuviera mareado.

—Aguanta un poco más amor, aún no se te pasa el efecto del afrodisíaco—. Había sido un plan maquiavélico por parte de Larry darle un afrodisíaco al rubio.

—me siento muy caliente, quiero que me toques más Sal, no soporto que mi cuerpo se sienta así, mi cabeza explota de pensamientos sucios—. Sal dejo caer la pierna de Travis y lo volteo para ayudarlo a apoyar sus piernas en sus hombros y así volver a empujarse dentro.

—eres pesado Travis—. Dijo Sal cuando sintió el peso en sus hombros.

El rubio se excito ante la pose, la fría puerta de metal golpeaba su espalda apenas descubierta por un suéter rosa mal puesto mientras sentía y veía como Sal lo sometía con su cuerpo.

—no es necesario que me….ahhh—. gimió al sentir el pene de Sal ingresar de un golpe en su interior. No entendía porque Larry lo incitaria a drogarse y luego ir a ver a Sal a la universidad.

Las coletas de Sal estaban desordenadas casi deshechas dejando ver su cabello suelto. El rubio llevo sus manos hasta los hombros de Sal y se dejó llevar por el vaivén que le revolvía el cabello  con cada embestida.

No tenía ni idea de cómo comportarse ¿Estaría haciendo un gesto extraño?, Cuando bajaba la mirada se sentía más expuesto al notar su erección goteando demasiado y el falo de Sal golpeando, no solía pensarlo mucho pero le era muy curioso notar el vello de Sal del mismo color peculiar de su cabello.

—ah,ah,mmmgh—. Sus ojos marrones se toparon con los azules de Sal, ambos jadeaban contra los labios contrarios, la mirada de Sal era salvaje.

—¡Carajo! ¿Por qué eres tan hermoso?—. Los labios rasposos de Sal golpearon los de Travis, sus lenguas emitían un ruido húmedo que seguramente ya había alertado a alguien.

—Sal…yo estoy…—. Los ojos del rubio se cerraron casi de inmediato cuando el peliazul bajo la mirada y noto que nuevamente había eyaculado.

Sal sujeto sus nalgas y las separo para volver a empujarse en el interior de su pareja, pego su cuerpo sintiendo cada rincón del rubio.
Por su lado Travis se sentía sensible ante el roce de las prendas de Sal contra sus pezones erectos y su piel caliente. Su próstata ya no soportaba la estimulación, no podía volver a eyacular semen.

— Ya no puedo…—. Sal no paro de frotarse en el interior del contrario, sus paredes cálidas lo hacían sentir el orgasmo cerca.

—¿Me sientes Travis? Puedes sentir cada centímetro de mi en tu interior—. Venía de nuevo Sal a decir un sin fin de obscenidades—. ¿Puedes sentirme?

—¡Basta!—. El rubio avergonzado quería taparse los oídos, claramente sentía como ese algo salía y entraba  golpeando el mismo punto sensible en su interior.

—¿Puedo hacerlo dentro Travs?—. Sal dejo su pene dentro, provocando temblores de cadera en ambos.

—¡Mierda! —. Travis dejo caer su nuca contra la puerta y miro por un instante al peliazul, su cabello azul estaba pegado a su frente, su mejilla mutilada dejando expuestos sus dientes y esa mirada llena de calidez. Simplemente asintio.

Sal golpeó el cuerpo entero de Travis contra la pared metálica cuando lo embistió, Travis sintió el semen caer en su interior, el peliazul no paraba de golpear su interior mientras eyaculaba por lo que el rubio comenzó a eyacular algo que no era semen, parecía orina pero dado su color era obvio que no lo era.
Termino manchando a ambos.

—¡Cielos!—. Suspiro Sal saliendo del interior de Travis viendo en primera fila como el cuerpo mojado de Travis desprendía su semen.
—¿Qué me pasó?— apenas estaba recobrando algo de consciencia.

—tuviste un squirt, no es nada de que preocuparse pero creo que ya fue suficiente por hoy—. Sal cogió con calma papel higiénico y comenzó a limpiar a Travis.

—¿Por qué Larry me dió esa cosa y me mandó aquí?—. Travis se incorporó poco a poco notando que sus pantalones estaban tirados en el suelo al igual que su ropa interior y sus zapatos.

—seguramente quizo fastidiar—. Sal le pasó su ropa a Travis, el rubio se sonrojo al sentir como aún le escurría semen.

—no le perdonaré esto—. Dijo el rubio.

—solo olvídalo, ya estás bien—. Sal le dió un beso al rubio sosteniendo sus mejillas sonrojadas. —debo regresar a clases.

—esta bien, perdona las molestias— Travis aparto la mirada— igual debo ir a la iglesia ¿Te veo al rato?

—¡Claro! ¿Estás seguro de que irás solo a ver a tu padre?—. Se dieron un último beso.

—Seguro, solo voy por mi maleta, dijo que estaría en la puerta principal.—. respondió Travis.

—Ten mucho cuidado, llámame si me necesitas— respondió Sal, con esa sensación de que algo no andaba bien.

—Se defenderme, nos vemos—. Travis se fue de los baños dejando a Sal sobre pensando.

Quizá…solo quizá, Larry quería retrasar a Travis, provocar que no fuera por su maleta y Sal hubiera deseado haber ido con él o por lo menos ya haber llegado antes

30 días OTP (Sally Face x Travis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora