30 días OTP (Sally Face x Travis)

Sudoroso y caliente

Travis despertó ansioso, con sudor excesivo y la respiración agitada. De sus ojos emanaban lágrimas, tenía miedo. Lo primero que hizo fue voltear a ver a Sal, que seguía dormido a su lado, suspiro aliviado.

Sus manos aún temblaban del terror, soñar con la lápida de tu pareja no suele ser algo con lo que te puedas dormir en paz.

—Sally—. Travis lo despertó con delicadeza, moviendo ligeramente su codo de un lado a otro.

—¿mmh? ¿estás bien Travis?—. Pregunto el peliazul entreabriendo los ojos, al notar el sudor y las lágrimas se incorporó en la cama y aparto el flequillo rubio de su frente— ¿está todo bien?

Lágrimas de alivio y miedo salieron de los ojos de Travis, trago saliva mientras abrazaba a Sal, lo sostuvo entre sus brazos con fuerza sintiendo un ligero confort en su calor corporal, su cabello le parecía tan suave y sus cicatrices calidas una buena señal de que aún estaba ahí, con él.

—Travis, estás sudando mucho, ¿Soñaste algo feo?—. No era la primera ni la última vez que Travis soñaba algo malo al grado de despertar llorando o gritando.

—s-si—. El rubio aferró su rostro al cuello pálido de Sal, aspiro su perfume natural sintiéndose más calmado al caer en cuenta de que estaba aferrado a su amante vivo.

—¿quieres decirme que soñaste?—. Pregunto Sally, aún preocupado, paseando sus manos por el cabello rubio.

—no…mi madre solía decirme que si digo mis pesadillas en voz alta…se volverán una realidad—. El rubio era temeroso de la vida, del karma y de Dios, podía creer en todo aquello que supera la comprensión humana y eso, lo respetaba Sal.

—entiendo…— Sal miro a Travis a los ojos, le limpio algo de sudor de la frente y le sonrió, o algo parecido.

—quiero que me abraces—. Dijo el rubio, aún con esa expresión de preocupación.

—¡claro! Te abrazaré hasta que te quedes dormido, estaré aquí—. Sal estaba acomodándose en la cama cuando Travis le cogió el brazo y volvió a responder.

—quiero que me abraces como lo haces siempre, quiero que me beses, estar entre tus brazos y sentir tu calor en mi—. Dijo sonrojado, bajando la mirada acuosa, con las manos aún temblorosas del miedo.

—Travis, estás sudando mucho y estás temblando, mirame—. Dijo Sal acomodándose en la cama.

—por favor…— una ligera súplica escondida en las lágrimas, miraba como Sal le tocaba la mejilla.

—no me iré a ningún lado, haré lo que quieras pero quiero que me veas y recuerdes que no me iré a ningún lado sin ti—. Su fría mano paseo por todo su rostro, buscando calmar sus nervios.

Sal acomodo a Travis encima de su pelvis, ambos estaban sentados uno encima del otro, las manos del peliazul recorrieron el pecho de Travis encima de la playera negra de manga corta, sus dedos rasposos hacían estremecer el rubio que  rodeaba el cuello de Sal.

Le dió un beso mientras sus manos ágiles bajaban al pene del rubio, frontando un momento encima del boxer para luego bajarlo y tocar su falo directamente. Los gemidos de Travis eran honestos y suaves, aún temerosos por su reciente pesadilla 

—no me dejes solo Sal —. Dijo volviendo a llorar.

—nunca—. Sal acomodo a Travis en el colchón, admiro su rostro aún con el cabello pegado en su frente y noto que él también estaba sudando y quizá era por el verano y la falta de aire acondicionado.

— Sally Face…—. Travis se dejó llevar, sintiendo como era despojado de su boxer al momento de escuchar la botella de lubricante siendo abierta, el reloj marcaba las 12:00 AM, el peliazul se veía cansado pero sumamente excitado por ver las reacciones sinceras del rubio.