𝗢𝗨𝗥 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗜𝗦𝗘 ↷ 𝗞𝗿𝗶𝘀𝗧𝗮𝗼⏐𝖠𝖣𝖠𝖯𝖳𝖠𝖢𝖨𝖮́𝖭⏐

I

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⚠️Esta es una adaptación al anime

"Vampire In The Garden",

espero que les guste⚠️

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Su mirada se desvío a las camionetas militares que traspasaban aquellas enormes rejas. Un suspiro escapó de sus labios, mientras que sus dedos se pasearon por las amarillentas hojas del libro.

Como ya se le hacía costumbre, se encontraba sentado debajo de un árbol, con el mismo libro viejo entre sus manos, observando de vez en cuando a las personas armadas que entraban y salían de aquella enorme ciudad. Las pistolas y metralletas siempre impecables, el sonido que estas emitían ya ni siquiera le molestaba, estaba tan desensibilizado, todo lo que pasaba era simplemente cosa del día, los ataques y las muertes eran cosa de todos los días, los niños fácilmente jugaban entre la nieve manchada de sangre.

La forma tan violenta y atroz en la que vivían le decepcionaba, pero al parecer, todos estaban bien con ese estilo de vida. Todos menos él.

─¡Tao! ─Giró su rostro hacia su izquierda, olvidando por completo sus pensamientos pesimistas sobre la vida, mismos que fueron reemplazados por una bella sonrisa.

─¡Sehun! ─Levantó su mano en lo alto, saludando contento a su amigo. El castaño se sentó a su lado, dedicándole una sonrisa resplandeciente.

─¡Adivina qué encontré! ─Le comentó con emoción, golpeando suavemente la pierna del rubio, quién emitió una suave risa ante lo entusiasmado que se veía el contrario.

─No soy bueno adivinando, ¿Qué encontraste? ─Apenas hizo aquella pregunta, Sehun tomó su mano y se levantó casi de un salto, reacio a borrar esa sonrisa en su rostro.

─¡Vamos, vamos! Levántate, ¡Tienes que verlo! ─Con un quejido, Tao se levantó del suelo, y sacudió un poco la nieve que quedó en su cuerpo. Y apenas pudo estabilizarse, Sehun comenzó a correr, arrastrando consigo a Tao.

Las risas de ambos chicos se fusionaban en una estruendosa melodía, misma que llamaba la atención de los ciudadanos, quienes les observaban con molestia y envidia. Aquellos dos chicos que siempre estaban riendo, aún en las situaciones tan precarias en que se encontraba toda la ciudad.

Cuando Tao estaba acompañado de Sehun, se olvidaba de todo. Se olvidaba de las guerras, de los monstruos, de su vida tan monótona. Era ese pequeño rayo de luz que había en la oscuridad, y Tao sabía que no cambiaría a su mejor amigo, por nada, ni nadie, en el mundo.

─¿Ya casi llegamos? ─Preguntó con su respiración agitada, habían corrido como nunca solían hacerlo, y lograron llegar hasta los muros divisores de la ciudad. Las casas se habían perdido a lo lejos de sus espaldas, y Sehun aún no le contaba que era eso que había encontrado.

─Ya casi, panda, solo ten paciencia. ─Le respondió con un tono divertido. Se detuvo de la nada, y se agachó a la altura del suelo, comenzando a escarbar entre la nieve. Tao le miró con curiosidad, y se acercó más a él, buscando la oportunidad de descubrir aquel misterio.

Pocos minutos pasaron, en los que Sehun se mantuvo quitando la nieve a su paso, y dando así a conocer un túnel debajo de la nieve. El castaño miró al más alto, esperando algún comentario de su parte. Tao miró con sorpresa el túnel, y después miró a Sehun.