XV

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Los rayos del sol se colaban por las amplias ventanas de la cabaña y golpearon el rostro de Tao, quien estaba recostado en el suelo de madera. Poco a poco fue despertando, quitándose la manta que cubría su cuerpo, todas las personas en la sala estaban durmiendo en el suelo, y no parecía que tuvieran muchas ganas de despertar.

Su mirada repasó cada uno de los rostros presentes, y no pudo evitar fruncir el ceño al no ver a Yifan por ningún lado. Pronto se levantó y salió de aquel cálido lugar; mirando a su alrededor, se dio cuenta que el pueblo estaba igual de tranquilo que el día anterior. Rascó su nuca y se apresuró a ir hasta la cabaña que estaría habitando temporalmente.

Hizo una mueca al ver que Yifan no se encontraba por ninguna parte en su cabaña. Miró cada espacio, y verdaderamente no había ni un solo rastro del vampiro, a excepción de una nota en la cama, que estaba justo al lado de una especie de daga. Tao tomó la cuchilla, volviendo a hacer una mueca de disgusto, no le gustaban las armas.

Rápidamente tomó el papel que estaba al lado de aquel artefacto, leyéndola con detenimiento.

"Tal vez esta no es la forma, pero creo que tú estarás bien aquí,
solamente te dejaré esto, en caso de que algo suceda".
-Yifan.

El joven frunció el ceño y justo cuando estaba a punto de salir de la cabaña, aparecieron LuHan y Kai.

─Tao, ¿Sucede algo? ─Preguntó Luhan con un buen toque de inocencia y su característica sonrisa.

─Sí, Yifan no está, tengo que ir a buscarlo. ─Habló de forma rápida, pero nuevamente se vio detenido por el castaño.

─Oh, no te preocupes, yo mandaré a alguien a buscarlo. Se aproxima una tormenta, así que es mejor que tú te quedes aquí. ─Antes de que Tao se pudiera negar, LuHan se apresuró a la puerta, empujando de forma suave al rubio, para que retrocediera el par de pasos que había avanzado.

─Pero... Yo...

─Tranquilo, te aseguro que lo encontraremos. ─Insistió el de ojos zafiro. Estando a un paso de la puerta, volvió a hablar, pero esta vez dirigiéndose a Kai. ─Asegúrate de que se quede aquí y esté bien, ¿sí?

─Si, señor. ─Respondió Kai con una sonrisa.

─¡No! ¡LuHan, espera! ─Intentó seguirle el paso, pero antes de que pudiera salir de la habitación, el moreno cerró la puerta justo en su cara, asegurándola con llave por la parte de afuera. ─¡Kai!

─Lo siento, Tao, pero te tienes que quedar ahí. ─Respondió con un tono serio, mientras se recargaba en la puerta, sacando un cigarrillo de su chaqueta.

Tao hizo una rabieta en su lugar. Tenía un muy mal presentimiento.

Rápidamente miró a su alrededor, corriendo en dirección a la ventana, intentado abrir esta, pero fue en vano, pues la misma estaba asegurada. Su mirada atónita se detuvo en unos hombres fuera de la cabaña, quienes subieron a sus motocicletas, pero estas tiraban una especie de ataúd improvisado de madera. En ese momento, los nervios y el mal presentimiento de Tao aumentaron.

Se tomó la cabeza con desesperación, mirando nuevamente a su alrededor, pronto comenzando a pasearse por toda la habitación, en busca de una forma en la que pudiera escapar de aquel lugar. Entonces, su mirada dio a parar en un pequeño agujero que había en una de las paredes.

Rápidamente se acercó a este, pero la grieta era demasiado pequeña como para que Tao pasará por ahí, pero sin tener las intenciones de rendirse, buscó alguna herramienta que le ayudará a hacer más grande aquel agujero. Cosa que no le fue tan complicada, debido que aquella cabaña era muy vieja y tenía una incontable cantidad de artículos de reparación.


𝗢𝗨𝗥 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗜𝗦𝗘 ↷ 𝗞𝗿𝗶𝘀𝗧𝗮𝗼⏐𝖠𝖣𝖠𝖯𝖳𝖠𝖢𝖨𝖮́𝖭⏐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora