II

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La música de salón podía escucharse hasta donde él se encontraba, y esta misma era acompañada por el enorme bullicio de la élite.

No estaba seguro de si se trataba de su sentido auditivo tan desarrollado, o si realmente las personas de la fiesta eran demasiado ruidosas. Sin importar de qué se tratará, él tenía una reluciente sonrisa en sus labios, mientras observaba su reflejo contra el espejo.

Acomodó un poco los negros mechones que caían a los costados de su rostro, y se aseguró de que su lujoso traje estuviera impecable. Su imagen era importante. Aunque muchos le asegurarán que su imagen estaba manchada a causa de esa personalidad tan extrovertida y espléndida que llevaba a todos lados, robando las sonrisas tanto de hombres como de mujeres, aún se sentía bastante respetable.

No importaba la sonrisa coqueta o divertida que llevará, seguiría dando la imagen de poder y respeto que todo miembro de la realeza presentaba.

Con una calma y gracia infinitas bajó los escalones, captando al instante la atención de los invitados, pero eso no detuvo la música que daba vida al ambiente. Todos los ojos estaban puestos en él, y a cada paso que daba, podía sentir lo ansiosa que se ponía si gente, expectante a lo que haría después.

─¡Príncipe, Wu! ─Una hermosa chica de baja estatura se detuvo frente a él, mirándole con total admiración, mientras sus mejillas se tornaban de un tierno color rosado. ─¿Le gustaría bailar?

La invitación iba con todo un tono de respeto. Una sonrisa se dibujó en sus labios, y se inclinó lo suficiente para poder sostener la frágil mano de la muchacha.

─Sería todo un placer. ─Y apenas dichas estas palabras, caminó hasta la pista de baile, sin soltar en ningún momento la mano de la chica. La música comenzó lenta, con un buen ritmo digno de un tranquilo vals.

Su mano se posó sobre la cintura de la pelirroja, mientras que con la otra sostenía su mano con delicadeza y de esta forma, comenzaron a bailar, con pasos delicados y elegantes. En ningún momento sus ojos se alejaron de los de la joven vampiresa, con la intención de volverlo un momento más grato y un poco íntimo.

Podía sentir esas miradas hambrientas dirigidas a él y su acompañante. No era un secreto que la mitad de la población de vampiros deseaban a su príncipe, perfectamente era el vampiro soltero más codiciado en toda la ciudad.

Lamentablemente, él no tenía tanto interés en las relaciones sentimentales. Y había una buena razón detrás de ello.

Al terminar la pieza musical, dejó ir lentamente a la chica, quien parecía hipnotizada por él. Al momento, varios vampiros más se acercaron a él, en busca de su aprobación para poder bailar con él también.

Las horas fueron pasando, y con ellas, sus brazos tuvieron la oportunidad de sostener a más de un vampiro y vampiresa. Se sentía cansado, y su cabeza comenzaba a dar vueltas. A pesar de ello, mantuvo su postura y sonrisa.

Dio una última vuelta al chico con quién bailaba, y en modo de despedida, beso los nudillos de su mano, robándole un suspiro al pequeño vampiro. Caminó con gracia y humor hasta el ventanal más cercano que encontró.

─Bueno, fue un placer estar con ustedes, pero tengo que retirarme. ─Su voz salió tan coqueta como siempre.

─¡Tenga mucho cuidado, su majestad! ─Hablaron más de uno a la vez.

Con una última reverencia, se atrevió a saltar por la enorme ventana, aterrizando de pie y firme contra la nieve, pero no pudo evitar tambalearse un poco y se sostuvo de la pared de ladrillo a su costado. Se tomó unos momentos para recuperar un poco de fuerzas, y apenas lo logró, comenzó a caminar.

𝗢𝗨𝗥 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗜𝗦𝗘 ↷ 𝗞𝗿𝗶𝘀𝗧𝗮𝗼⏐𝖠𝖣𝖠𝖯𝖳𝖠𝖢𝖨𝖮́𝖭⏐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora