VIII

17 3 2
                                    

Por pura curiosidad es que se había puesto a pasearse por la mansión, era una casa enorme y se notaba que tenía bastantes años, así que Tao estaba seguro de que debía ocultar muchas cosas increíbles en cada uno de sus rincones. Además, quería aprovechar que Yifan había salido para andarse por ahí con mayor libertad y después de deambular por los pasillos, se encontró con una enorme biblioteca, sus ojos brillaron de adoración al ver los enormes estantes repletos de libros viejos y polvorientos, justamente los favoritos de Tao.

Con gran emoción contenida, Tao comenzó a caminar entre los pasillos, pasando sus dedos por la madera vieja de los estantes y de vez en cuando tomando algún libro y dándole una hojeado rápida. Había muchos tipos de libros por ahí, algunos eran de plantas y cosas curativas, otros eran de ciencia, algunos tenían títulos en otros idiomas que Tao no conocía, y aquello le llevó a preguntarse si Yifan sabía hablar más de un idioma. Una vez lo escuchó cantar en francés, así que era muy probable que si supiera otros idiomas aparte del chino.

Regresó dos pasos por el pasillo en el que iba, encontrándose con un pequeño escritorio en el cual se encontraban algunos papeles viejos, una pluma y un libro. Tao caminó hasta el escritorio y miró con curiosidad lo que había en este, tomando entre sus manos el libro. No tenía un título, la caratula era completamente de color rojo, lisa. Al abrir el libro, lo primero que se encontró fue una foto desgastada y vieja.

Había una gran cascada, árboles frondosos y enormes adornaban los alrededores de aquella cristalina agua, podían percibirse algunos pájaros y animales pequeños, era simplemente una foto hermosa. Algo que llamó su atención era la figura de una mujer, llevaba un vestido blanco y su cabello negro llegaba apenas hasta sus hombros; estaba de espaldas mirando en dirección a la cascada.

Había algo en aquella foto que resultaba extrañamente familiar para Tao, aunque no sabía exactamente de qué se trataba.

─¿Te gusta? ─Tao dio un saltó asustado, soltando la foto a causa de esto y observando al propietario de aquella voz.

─¡Casi muero del susto! ¿Por qué eres así? ─Le reprochó a Yifan, quien ignoró su rabieta, mientras observaba la foto.

─Algún día te llevaré a este lugar...

Tao dejó de lado toda la lista de insultos y argumentos que tenía para el mayor, y su mirada volvió a posarse en la foto, sonriendo un poco ante la idea de visitar aquella cascada.



Sus ojos se abrieron con sorpresa y fascinación, caminando a paso apresurado hasta la orilla.

─¡Es el lugar de tu foto! ─Dijo Tao con emoción, señalando la gran cascada que su caída se encontraba congelada a causa de las bajas temperaturas. Yifan asintió con una sonrisa.

─Sería mejor si no hiciera tanto frío, este lugar es realmente hermoso en primavera. ─Comentó mientras a paso lento se acercaba hasta el menor.

─Podríamos venir después en primavera, cuando nos deshagamos de Narsha y Zhou Mi. ─Yifan debía admitir que le causaba un poco de gracia lo decidido que era Tao, también era un poco terco, pues cuando algo se le metía en la cabeza, ya nadie era capaz de sacarle aquello. Como la idea de que podía acabar con la vida de Narsha y Zhou Mi, algo que realmente no le sorprendía a Yifan, el muchacho tenía agallas.

Tao tomó una piedra y la lanzó a un chorro de agua que estaba congelado, logrando de esta forma quebrar el hielo. Sonrió levemente y volvió a mirar al mayor.

─¿Qué hacemos aquí? ─Preguntó al fin. No entendía qué hacían en una cascada congelada, cuando notablemente no había nada interesante que hacer ahí, no podían meterse a nadar o algo por el estilo.

𝗢𝗨𝗥 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗜𝗦𝗘 ↷ 𝗞𝗿𝗶𝘀𝗧𝗮𝗼⏐𝖠𝖣𝖠𝖯𝖳𝖠𝖢𝖨𝖮́𝖭⏐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora