Un quejido adolorido escapó de sus labios, mientras se levantaba lentamente de la nieve.
─YiFan... ─Susurró, al ver a unos cuantos pasos como el mencionado sostenía su brazo lastimado, observando a la parte alta de uno de los edificios. Su mirada fue hacia el mismo lugar en que el mayor observaba, sintiendo todo su cuerpo entumecerse.
─No... No puede estar aquí... ─Murmuró asustado, sintiendo su cuerpo temblar en un remolino de rabia y temor al ver como ahora el arma apuntaba hacia él.
No se había equivocado en no confiar en su padre, después de todo, parecía que al hombre lo único que le importaba era su reputación, no le importaba nada más. Sus ojos se volvieron cristalinos cuando el sonido del disparo retumbó en sus oídos, sintiendo tanta impotencia ante su propio padre, que no pudo hacer más que cerrar sus ojos y esperar a que el plomo quemará su piel.
El sonido de la bala incrustándose en la carne era aterrador y sofocante, pero el dolor nunca llegó a él. Sus ojos volvieron a abrirse, y lo primero que encontró fue a YiFan dándole la espalda, recibiendo la bala como si de una pequeña piedra se tratase, pues ni siquiera llegó a hacer gestos.
─Levántate... ─Habló, observando a Tao de reojo, quien, sin dudarlo, hizo lo pedido por el mayor, observándolo atentamente. Sin esperar mucho, el vampiro nuevamente tomó la mano del rubio, emprendiendo su huida, por fortuna, la frustración e ira de ZhouMi, les dio ventaja cuando este decidió no hacer nada más que gritonear.
─¡Tao! ¡Maldita sea! ─Expresó el hombre a todo pulmón, desviando su mirada hacia el ejército de personas que estaban de su lado. ─¡Siganlos!
Tao se aferró un poco más fuerte a YiFan, sintiendo sus pulmones quemar y sus ojos envolverse en una fina capa de lágrimas. No sabía si era miedo o frustración, pues en ese momento estaba pasando por una revoltura de emociones, que ya no sabía siquiera cómo reaccionar ante ello.
Podía escuchar las pisadas detrás de ellos, al igual de sentir las balas rozar y caer cerca de su cuerpo, cosa que no hacía nada más que meter más presión a su cansado corazón.
El vampiro se adentró en uno de los edificios derrumbados, corriendo entre aquellas ruinas de lo que, aparentemente, era un almacén.
─Vamos, Tao, ayúdame. ─Pidió, mientras cerraba las puertas de metal, colocando algunos de los escombros y cosas que encontraba por ahí. El chico rápidamente comenzó a arrimar viejos muebles, cajas, todo lo que encontraban, lo colocaban contra aquel par de puertas, esperando dar un poco más de tiempo a su huida.
─¿Ahora qué hacemos? ─Preguntó el rubio, mirándolo con notable preocupación. Yifan de quedó en silencio por largos segundos, antes de tomar nuevamente la mano de Tao, entrelazando sus dedos.
─Hay que irnos de aquí. ─Dijo, en el preciso momento en que una voz conocida se hizo presente detrás de las puertas.
─¡Taozi! Trae a ese maldito chupasangre aquí y prometo que todo estará bien. ─Coreó Narsha, pero no recibió respuesta, pues cuando Tao planeaba dejar salir un poco las garras, el príncipe lo jaloneo al interior del almacén.
─¿A dónde vamos? ─Preguntó el joven bastante confundido.
─A buscar una salida, no podemos quedarnos más tiempo aquí. ─Dijo YiFan con firmeza.
Un poco más al fondo del almacén encontraron una salida por medio de una especie de alcantarilla. No tenían tiempo de sentir desagrado, pues en ese momento lo que más necesitaban era escapar.
─Supongo que esta ruta nos llevará a algún lugar fuera. ─Dijo, observando el agua que corría cuesta abajo. ─¿Listo? ─Preguntó, dirigiéndose a Tao nuevamente.
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𝘖𝘜𝘙 𝘗𝘈𝘙𝘈𝘋𝘐𝘚𝘌 ↷ 𝘒𝘳𝘪𝘴𝘛𝘢𝘰⏐𝖠𝖣𝖠𝖯𝖳𝖠𝖢𝖨𝖮́𝖭⏐
FanfictionLa existencia de los vampiros solo hizo que el mundo se fragmentara y se encerrara en una guerra de nunca acabar. Los humanos abandonaron parte de la vida común, con la intención de lograr una distinguida diferencia entre ellos y los vampiros. Los...