Solo contigo

"Capítulo 2"

4 años después.

–!Maya! ¡Maya!... ¿Dónde diablos está Maya?

Un hombre furioso gritaba por todos lados el nombre de su hija.

Con un valor increíble, una de las chicas se presentó ante él para dar una respuesta a esa pregunta.

–Se-señor, su hija está en la junta con los inversionistas Japoneses.

–En cuanto termine la quiero en mi oficina. –Soltó firmemente.

La chica trago saliva y asintió muchas veces.
El hombre se retiro, y solo cuando lo hizo, ella pudo respirar mejor.

Justamente Maya salía de la sala de juntas, venía sonriendo y dando gracias, era una buena señal, eso quería decir que todo estaba bien.

La chica, una vez que los japoneses se retiraron se acercó a la joven.

–Maya, tu padre está buscándote. Está furioso y lleva la carpeta que le entrego tu hermano hoy, en su mano.

Solté un bufido he internamente maldije, eso estaba mal, estaba muy, muy mal.
Seguramente Bastian había hecho algo estúpido de nuevo, solo eso explicaría el hecho de que mi padre estuviera tan furioso, ya que el trabajo lo había hecho yo, y lo había hecho bien.

–Gracias Ami, yo me encargo. –Puse mi mano en su hombro y ofrecí un intento de sonrisa.

Salí en dirección a la oficina de mi padre, fuese lo que fuese el problema, debía resolverlo antes de que ese tonto lo empeorará.

Antes de entrar, calme mis nervios, respire profundo y finalmente me arme de valor para entrar.

–Padre, ¿Querías ver...

–¿Que porquería es esta? –Tiró la carpeta al escritorio.

Tragué saliva, mis sospechas eran verdaderas, Bastian había hecho algo estúpido.

Con cautela me acerque al escritorio, tome la carpeta y me puse a revisarla. Juro que entre más leía, más me enojaba.

–Padre esto no...

–Te pedí esto porque se que puedes hacerlo, ¿Vas a decepcionarme así?

Mi padre estaba realmente molesto, y con mucha razón, las cifras estaban alteradas. El informe detallaba una perdida de 10 millones de dólares en tres meses.

–Padre te juro que estás no son las cifras correctas. Mi proyecto va bien, no hay perdidas te lo aseguro. –Dije tratando de calmarlo.

–¿Tu proyecto?

–El de Bastian quise decir... E-el proyecto de Bastian, el que yo supervise. –Casi lo hecho a perder. –Pero te juro que estás cifras están mal, no se que haya hecho Bastian para que...

–No envié a Bastian a hacer el informe, te envié a ti.. –Señalo más enojado.

Cerré los puños y apreté la mandíbula. No quería y no debía responder, después de todo él era mi padre, y yo no era más que su proyecto.

–Lo se, y lo hice, él solo reviso algunas cosas, debió equivocarse. Pero tengo una copia de respaldo el mi computadora, solo dame 10 minutos y te las entrego. Por favor. –Pedí con la esperanza de que esta vez se calmara.

–Diez minutos. –Sentenció.

Asentí y salí de ahí casi corriendo, llegué a mi sitio, encendí el computador, entre a mis archivos y busque la copia...

Ahí estaba, lo único para terminarla eran unos números que solo mi hermano tenía, por eso le había pedido que lo terminará y se lo entregara a papá.
Jamás imaginé que eso podría pasar.