"Capitulo 14"

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-Una ofrenda de paz. -Hablé para llamar su atención.

Se acercó a la mesa, le acerque el cafe y en un pequeño plato un croissant recien horneado, el cual pedi hace mas o menos una hora.

-¿Estamos peleando o algo así? ¿O por qué una ofrenda de paz?

Tomo su café y dió un pequeño mordisco al pan.

Su expresión alegro mi día. Le había gustado, y como no, si era su pan francés favorito, pero con algo especial, una ligera linea de relleno cremoso sabor limón. Era lo suficientemente bueno para el sabor del pan, pero no demasiado como para fastidiarte por tanta azúcar.

Sonreí y di un sorbo a mi café.

-Sabia que te gustaría.

Ella me vio de nuevo.

-Es lo más delicioso que he probado en mi vida de catadora de panes. -Bromeó un poco con el asunto.

Está mujer si que era una increíble persona, y la única que podía hacerme sentir todo tipo de cosas.

-Pero aún no me respondes. ¿Estamos peleando? -Insistió una vez más.

-Eso tu dímelo. Te has portado extraña conmigo en el hospital últimamente, ahora ya no se que fue lo que hice o dije, pero si fue incorrecto, por favor discúlpame.

No sé con exactitud cuando o como fue, solo se que hay momentos en los que me habla de buena manera, y momentos en los que me trata como si le molestará mi presencia.

-Oh, eso. -Bajo la mirada.

Eso solo me confundió más, a menos que...

-¿Es una cuestión de venganza? -Pregunte apenas la posibilidad se presento en mi cabeza.

Su expresión de confusión plasmada en su rostro me hizo entender que no sabía a lo que yo me refería.

-Me refiero a que, ¿Es por mantenerte despierta estos días? ¿Te molesta el ruido que hago en la habitación?

Sus facciones se relajaron, lo cual no me indico nada y solo me hacía preguntarme más cosas.

-¿O que fue lo que hice? Por favor solo dilo. -Insisti una vez más viendo que ella no me respondía nada.

-No es nada de eso.

-¿Entonces?

Arián dejo la taza de café que ahora ya estaba vacía, tomo la mochilita que había dejado en la mesa y se puso de pie.

-No lo sé, supongo que he estado de mal humor. Pero te prometo que no lo vuelvo a hacer. -Dijo finalmente para luego dar la vuelta y marcharse.

Me quedé ahí viendo el lugar por dónde ella se había marchando. Eso era increíble, ¿Cómo podía hacer eso? Ni siquiera se disculpa o me dijo algo más, solo que no volvería a hacerlo.

Negué suavemente, está mujer me iba a volver loca.

&&&

Llegué al hospital, la rutina de siempre, ponerse el uniforme, hacer las rondas y prepararse para las intervenciónes quirúrgicas que podía asistir.

Hoy había llegado un caso muy especial, se trataba de una mujer con un tumor en la cabeza.

Paciente: Mary Smith
Edad: 52 años de edad.
Sexo: Femenino

Según su expediente, la mujer había tenido está lista de síntomas.

- Dolor de cabeza persistente
- Vómitos
- Mareos
- Pérdida de coordinación
- Cambios en la visión

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