"Capítulo 4"

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–Muy buen trabajo Maya, realmente tienes un don para esto. –Dijo el señor Bartolomeo.

Ambos caminábamos por el pasillo, hablábamos sobre los negocios y pocas veces sobre nuestra vida personal.
El señor Woods no era como mi padre, él era más relajado y más comprensible, era un buen hombre, aunque manipulado por sus padres.

Él siempre decía que estar aquí era su escape, que lo que tenía en la constructora era solamente suyo y que su familia no tenía nada que ver con eso. Al menos eso me alegraba, pues lo que para mí era una prisión, para él era su salvación.

–Bueno, solo hago lo que puedo. –solté modestamente.

–Y eso es suficiente, así que, hay que festejar. Mande a dejar una botella de champagne en tu oficina.

–¿Estaba tan seguro de que lo lograría?

–En cuánto te vi llegar supe que el proyecto ya era nuestro.

Solté una pequeña sonrisa, hasta el tenía más confianza en mi que mi padre. Mi corazón se sintió algo extraño en ese momento, no sabría cómo describirlo, pero se sentía bien, me sentía aceptada.

–Vamos entonces.

***

Las burbujas en los vasos subían, el hombre seguía hablando, riendo y contándome cosas divertidas.

Este pequeño tiempo estaba relajándome más de lo que pensaba, me gustaba pasar tiempo con él, a veces desearía que él fuera mi padre.

–No te veo muy feliz, ¿tiene que ver con que no harás la residencia?

Levanté la vista rápidamente, ¿Cómo sabía de eso?

–Oh disculpame, no quise ser entrometido –Dijo al notar mi cara de confusión.

–¿Cómo?

–¿Conoces a Marco? Un chico alto, ojos claros pero que usa lentes.

Comenzo a describir a mi compañero y uno de mis buenos amigos.

–Es mi compañero de natación.

–Es mi hijo. –Soltó sin más.

Eso me tomo por sorpresa, es decir, Marco nunca dijo quien eran sus padres, siempre lo habíamos tratado como una persona normal, un compañero más.

–Entonces él también es...

–Por favor no le digas que te dije, tampoco lo trates diferente, él quiere ser un chico normal, por eso mantuvimos todo en secreto, al igual que tú. –Pidió el hombre.

Ya había escuchado eso ante, "Quiero que me traten como persona normal"

Era entendible, además si algunos de esos chicos supieran, no dejarían de molestarlo.

–Entiendo, y no se preocupe, no diré nada. Pero si, realmente mi estado de ánimo tiene que ver con eso.

El hombre asintió, bebió un poco del licor y lo dejo nuevamente sobre el escritorio.

–¿Por qué lo dejaste? Mi hijo dice que eres muy buena, y si lo eres con lo que claramente no te gusta, se que lo eres con lo que realmente te apasiona.

Sonreí y agache la cabeza.

–Si mi padre se entera que estoy haciendo algo diferente a lo que él quiere, no estoy segura de lo que hará conmigo.

–Tendrás que decirlo en algún momento, si es que vas a continuar con ello.

Asentí repetidamente. –Lo haré, pero aún no, no es el momento.

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