CAPÍTULO TRECE (MAGA)

19 1 0
                                    

Escrituras sin fecha:

“No tengo problemas con la persona que soy. Pero, por alguna razón, no me gusta cómo se siente. Me reconozco en el espejo, reconozco mis pensamientos como propios y no cuestiono mi identidad constantemente como muchos otros hacen. Sin embargo, me siento como la mierda, y mis hábitos no hacen más que empeorar todo el panorama. ¿Soy mis hábitos? Me pregunto. ¿Soy eso que hago casi cada noche, que me arruina casi cualquier oportunidad de ser mejor al otro día? Sin embargo, todo sigue funcionando relativamente bien; y nada me impulsa al cambio que tanto considero necesario, pero que tanto tanto tanto me cuesta.”

“Espero realmente que algún día mi mente y yo nos reconciliemos. Que nos sintamos en paz; que nos hagamos amigos con el vacío y así, por fin, vivir tranquilos.”

“Hubo siempre un ayer que fue mejor; que en el momento presente fue desvalorizado, o quizá en futuro se le dé más valor por el hecho de no ser el presente de ese mismo momento. Un presente que a su vez está siendo desvalorizado, y que en un futuro será mejor visto.”

“Todo tiempo pasado fue mejor.”

“Explicame esa tristeza que sentís en ese momento específico del día, cuando el pico de tu estado desciende y queda en nada. 

Cuando hay puro silencio y estás solo. Quizá no físicamente, sino en espíritu. Estás solo ahí dentro, y te confundís. 

Pensas que no está bien, que algo falló, que no llegó lo que debía llegar o que se fue muy rápido.

Pensás qué es lo que falta, qué es lo que debería estar ahí. En ese vacío, en ese pozo que sólo vos llegás a tocar.

¿Acaso hay realmente algo que pueda llenarlo? ¿Acaso es necesario? ¿Acaso está mal, de verdad, sentirse solo? 

Decime en qué lugar está escrito que ese momento del día de tristeza, soledad, silencio y vacío es un fallo y no una clave proveniente de algún lado para recordarnos que lo más importante que tenemos está dentro nuestro.”

“Intento descifrar la clave respecto a todo lo malo que me hice a mí misma. De noche conjeturo teorías, casi todas me apuntan a mí misma como el villano de la historia. No muy en el fondo tengo sabido que todo esto es enteramente mi culpa y que nada hay para hacer al respecto más que cambiar por completo mi configuración mental. Pronto, me digo. Pero al final nunca pasa.”

“Lo que vi no me lo voy a sacar nunca de la cabeza. El motivo es más complejo de lo que alguien pudiera creer. No es que las imágenes no hayan logrado traumatizarme por sí solas. 

El problema era lo que habían logrado representar en mi mente. 

Mi propia cercanía a la muerte no había logrado despertar en mí lo que los cuerpos desmembrados de esos nenes habían hecho. Saber que vidas inocentes habían sido quitadas y otras arruinadas para siempre -como en el caso de los padres de los nenes muertos-  mientras yo destrozaba la mía adrede, me generó un odio hacia mi persona inamovible. Lo había intentado dormir con vino. Lo había intentado dormir con benzodiacepinas. Pero aquello no lograba más que alimentar mi autodesprecio a volúmenes desproporcionados. Hablo en pasado, como si eso modificara las cosas.”

“Una señora en la parada del colectivo me contó que acababa de comprar un televisor para ver el primer partido de fútbol de su hijo en la primera división de Independiente. Al final el chico estuvo todo el partido en el banco, así que no pudo verlo jugar. Casi me reí en su cara. Pero se veía tan pequeñita y anciana que me dio mucha pena, y me odie por eso. Los viejitos me daban pena. Debe ser porque considero a la vejez como una enfermedad en sí misma. Por eso temo tanto al paso del tiempo, voy a envejecer como todos en esta tierra. Veré a los jóvenes con anhelo y angustia, todo me provocará una nostalgia inevitable, y miraré al pasado como miro los Simpson los sábados por la tarde. Como si fuesen lo único que me impulsa a abrir los ojos.”

“No sé bien qué voy a hacer. La intriga a veces me mata.”

TODO LO QUE HICE MALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora