35

5.3K 481 14
                                    

Luna

Aquella cena que tuve con mi padre y el tema sobre decir mi existencia al mundo como la heredera de los Scarlett me hizo mucho que pensar y más aún como las personas se lo iban a tomar, sobre todos mis alfas cuando se enteren. No le he contado esto a nadie, nadie podía saberlo hasta el gran día, ni siquiera mis amigos saben y mi mucho menos Cristian.

Estaba tan ida en mis pensamientos que no note como mi celular suena, eran casi las doce de la madrugada y este día sábados está muy alegre, pero no tanto para hacer que saliera a divertirme. Cristián dijo que iba a estar en su bar con los demás, parecen que van a estar bebiendo y hablando entre ellos, tampoco tenía muchas ganas de saber que iban a hablar. Además, hace mucho que no están juntos desde que me separe de ellos, Cristian siempre se queda conmigo en el departamento y ya no compartía con sus amigos del alma.

Pero el sonido de mi celular molesta y veo quien llama a esta hora, era un número desconocido.

Contesto —¿Diga?—

—Buenas noches, señorita, disculpe llamar a este hora, pero ¿Usted es conocida del señor Cristian?— Habla un hombre.

Hago una mueca —Claro, soy su pareja ¿Ocurrió algo con él?— La preocupación me invade.

—Bueno vera, él y sus amigos están aquí en su bar, pero están profundamente ebrios—

—Oh entiendo— Suspiro aliviada —iré a buscarlos, no se preocupe—

—Gracias señorita, y disculpe llamarla, pero es que no sabemos en donde viven los hombres—

—No se preocupe, estaré allí en diez minutos— Cuelgo la llamada —Después se andan quejando de que me emborracho rápido—

Voy a cambiarme rápidamente para así salir del edificio y pedir un taxi.

En pocos minutos ya estoy en el bar de mi Cristian donde le enseño al guardia la tarjeta VIP que mi alfa me dio hace unos días para poder pasar cuando quiera y visitarlo a su oficina.

Veo el lugar y no los veo en ninguna parte —Disculpa— Le digo al chico de la barra —Vengo aquí para llevarme al señor Cristian y sus amigos—

El chico me mira con confusión y después asiente rápidamente, tal vez le habían informado sobre el asunto.

—Los señores se encuentran en una sala privada, está arriba al final del pasillo tal vez cuando llegues estará alguien esperando por usted—

—Gracias— Le sonrió y subo rápido a donde me informo el chico —Hola, soy la persona que llamaron— Le digo al chico que esta afuera en la puerta.

—Oh, señorita, de nuevo disculpe las molestias— Habla el chico que parece fue el que me llamo hace unos minutos.

—Tranquilo, soy amiga de los señores, puedo encargarme de eso— El chico me deja entrar a la habitación y los veo tirados en el sofá —Umm parece que bebieron mucho— Veo las muchas botellas de Whisky.

—¡Nena!— Dice Cristian al verme —¿Qué haces aquí?— Sus mejillas se ven rojas.

—Vengo por ustedes— Me acerco y veo a los demás estar en un estado algo peor que Cristian, parecen inconscientes.

—Umm mi nena— Me abraza por la cadera y acarició su cabello, huele mucho al licor.

—Disculpa— Miro al chico —¿De casualidad uno de ellos trajo auto?—

—El señor Cristian vino en su moto, por lo que se el señor Trevol vino con su chofer y creo que el que trajo auto fue el señor Eric que vino con el señor Liam en su Jeep Wrangler—

Aah odiaba ese jeep, es tan grande que no podía subirme sin su ayuda.

—Bueno es evidente que yo no puedo con ellos cuatro, necesito ayuda y que me traigan el jeeo, por favor—

El chico se fue sin decir nada, solo con un asentimiento en la cabeza.

—Qué bueno que se manejar— Los miro y niego varias veces, parecen críos por colocarse de esta manera.

Paso cinco minutos hasta que el chico regreso con algunos empleados que pudieron ayudarme con mis alfas, la verdad ellos se están esforzando mucho, mis alfas son unos monstruos de alfas. Los alfas son conocidos por su tamaño, peso y fuerza, mis alfas son el doble de lo normal.

—Aquí tiene señorita— Me entrega la llave del jeep.

—Gracias por la ayuda, no podía hacer esto sola— Reímos —Bueno ya nos vamos, linda noche— Miro el gran auto y como puedo me subo al asiento del piloto.

Empiezo mi marcha hacia la casa, va a ser una misión difícil y más aún cuando me toque bajarlos.

Estaciono el auto y miro la casa —Umm— Después miro hacia ellos —Alfas— Me bajo con cuidado y voy a abrir la puerta del copiloto donde esta Cristián —Amor, vamos, despierta— Lo muevo un poco.

—Ya voy nena...— Se despierta y baja del auto torpemente —¡Oh! ¡Estamos en casa!— Ríe y con tropiezos va a la casa.

Suspiro y miro a los demás —Eric... Eric despierta por favor—

El solo me mira y se baja casi cayéndose en el intento.

—Vamos, ve con Cristian— Lo ayudo y él va con Cristian sin decir nada.

Después de una larga espera de parte de Trevol y Liam pudimos lograr entrar a casa. Siento a Eric, Liam y Trevol en el sofá grande y voy con Cristian que está en el otro sofá grande acostado.

—Amor— Me acerco a él para quitarle los zapatos, su cinturón y camisa —Así estarás más cómodo, alfa—

—Umm~ ¿Mi nena hermosa ya está deseosa de su alfa?— Me agarra de los brazos y me acerca a él.

Rio y beso su nariz —Alfa, estas todo ebrio— Acarició su pecho y doy un beso en este.

Me libero de su agarre y veo a los demás hechos un desastre en el sofá, les tomo una foto para recuerdo y me acerco a ellos para quitarte los zapatos y demás cosas que traen incomodas.

—Bebé— Trevol abre un poco sus ojos y me acerca el —Estas aquí bebé—

—Si, pero no por mucho tiempo— Quito su reloj y su celular para dejarlos en la mesa de café.

Voy con Eric y le hago lo mismo, igual a Liam.

El sonido del celular de Trevol hizo que dejará de quitarle la camisa a Liam.

—Umm— Me acerco a agarra el teléfono y ver quien era.

Victoria.

Mis manos aprietan fuerte el celular y me controlo a no tirarlo lejos o contestar la maldita llamada.

Aun se llaman, aun después de que yo viera todo eso y aun después de escaparme de casa, ellos siguen juntos.

Dejo el teléfono en donde estaba y regreso con Cristian para llevarlo a su habitación. Al llegar me acuesto con él en su cama, pero antes quito la ropa que trae y me pongo una camisa de él.

Me acurruco en el pecho de papi y siento con mis mejillas se van mojando por las lágrimas —Trevol no la ha dejado— Susurro.

Me siento patética y traicionada como nunca antes.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Chica De Cuatros AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora