Ya habían pasado varios días desde que nos instalamos en Alexandria, ahora yo me encontraba paseando por las calles mientras escuchaba la canción Bad Blood de Taylor Swift en el MP3 que Ron me había regalado esa vez que fui con Carl a su casa. Realmente no tenía nada que hacer. Me alegraba que al fin tenía un momento de paz. Pero no, claramente alguien debía arruinando, escuché un grito y me dirigí hacia donde se podía oír.
—¿Qué mierda?– Dije para mí misma. Rick se encontraba golpeando a Pete, el padre de Ron, en medio de la calle.
Ví alrededor y todos estaban presenciando aquella pelea. Carl, Enid, Ron, Jessie, Sam, Carol... Todos. Incluso Deanna.
—¡Papá...!
—No. Déjalos.– Interrumpí a Carl, que iba a intentar detener a su padre, y agarré la parte de atrás de su camisa para que este caiga y no salga herido por meterse. La verdad no era mucho por su seguridad, en verdad estaba disfrutando ver a Pete ser golpeado, no me caía del todo bien.
—Basta. Paren ya mismo.– Habló Deanna, casi a gritos.— ¡Maldita sea Rick, dije basta!
—Él lastima a su familia, ¿y aún lo dejas vivir aquí?– Preguntó Grimes, recuperando el aliento.
Me quedé helada al oírlo, el hombre solo me caía mal, pero no sabía que maltrataba a los Anderson. Le dí una mirada a Jessie, la cual se encontraba sollozando. Después mis ojos se dirigieron a Ron, que también estaba mirándome con los ojos aguados. Y finalmente a Sam, que estaba aferrado a Carol.
La gente de Alexandria quiso acercarse a Rick para detenerlo, pero él sacó su arma y les apuntó.
—¿O qué?– Volvió a hablar Grimes.— ¿Vas a echarme?
—Baja el arma ahora.– Le ordenó Deanna, pero este no hizo caso.
—Todavía no lo entiendes. ¡Ninguno de ustedes lo entiende! Nosotros sabemos lo que hay que hacer, y lo hacemos.– Comenzó a dar su clásico y estúpido discurso. Rick me caía bien, pero cuando hacía estas cosas solo nos traía muchos más problemas.— Nosotros somos los que sobrevivimos. Tú haces planes y dudas en una silla. Finges que sabes lo que haces, pero no lo sabes.– Estaba de acuerdo en eso. Deanna pretendía tener todo bajo control cuando era todo lo contrario y nadie se daba cuenta de ello ni hacía nada al respecto.— Desearías que las cosas no fueran como lo son. ¿Quieres sobrevivir? ¿Quieres que Alexandria resista? Tu modo de hacer las cosas no sirve, las cosas no mejorarán porque lo desees. Tienes que ser realista, desde ahora debes vivir en el mundo real. Tienes que controlar quién vive aquí.
—Eso nunca estuvo más claro que en este momento.– Respondió Deanna, cortante como un cuchillo afilado.
—¿Yo? ¿Tú... Te refieres a mí?– Grimes soltó una risa sarcástica, mientras aún miraba a la mujer.— Tu sistema va a arruinar este sitio. Cobrará vidas. Ya se cobraron vidas. Y no quedaré de brazos cruzados mientras eso ocurre. Si no luchas, te mueres. ¡No me quedaré...!
Todos nos miraban como si fuéramos un grupo de monstruos, y me cansé de que todo empeorara, así que con rapidez robé el revólver que Carl tenía, me dirigí hacia Rick y golpeé su cabeza con la empuñadura del arma para dejarlo inconsciente.
—Lo lamento, mi amigo no tomó su calmante hoy.– Dije con una sonrisa forzada, apoyando mi bota en la espalda de Grimes.— Está medio... Ya saben.– Hice un gesto con los dedos, diciendo "Está demente." Y luego Deanna me miró tomando el puente de su nariz negando con la cabeza.
Definitivamente no podía pasar ni cinco putos minutos sin hacer mis chistes de mal gusto.
(. . .)
Me encontraba en la casa donde nos estábamos quedando, Carl se había enojado conmigo por robarle su arma y golpear a su padre con ella, pero ya no sabía cómo decirle que todo se iría al carajo si no lo hacía. Rick entró a la casa después de unos minutos de silencio, su hijo salió corriendo a abrazarlo.
—Hola.– Saludé con incomodidad, sin mirarlo a los ojos.
—Hola.– Me saludó él también.
—Escucha, lamento haberte golpeado.– Me disculpé y el hombre asintió.— Pero te estabas comportando como un completo imbécil.– Murmuré entre dientes, pero llegó a los oídos de ambos Grimes los cuales me miraron mal.
—Tienes razón, no te preocupes. Si no lo hacías tú, lo iba a hacer Michonne.– Dijo Rick, y yo reí por lo bajo ante sus palabras.
—Supe de la reunión.– Le dijo Carl a su padre.
—Te vas a quedar en casa.– Contestó el otro hombre, caminando por el pasillo.
—Ya es nuestra casa, ¿cierto?– Preguntó el castaño con una sonrisa.
—Sí.– Respondió él, con seguridad.
Rick se fue a otra parte de la casa, y yo me levanté del sofá para ir con Maggie a hablar con ella.
—¿A dónde vas?– La voz de mi amigo se oyó por toda la sala, parecía sonar serio. Supuse que aún seguía enojado.
No contesté y abrí la puerta dejando la casa. No me gustaba cuando Carl se enojaba, era demasiado irritante.
Ví a mi hermana sentada afuera junto a Glenn, así que me senté al lado de ellos cuando me vieron.
—Quiero una foto con ustedes.– Pedí para romper el silencio
Maggie rió ante mi petición tan repentina y asintió, su esposo hizo lo mismo.
—¿Qué? ¡Estoy hablando enserio!– Reproché con el entrecejo fruncido.
—Ve a traer tu cámara.– Me dijo mi hermana riendo, y una gran sonrisa se formó en mi cara.— Te esperaremos.
Me levanté y volví a entrar a casa, Carl, que aún seguía sentado leyendo, alzó la mirada pero al ver que era yo volvió a la lectura. Subí a mi habitación y tomé la cámara de fotos que una vez había encontrado en una tienda hace tiempo, y que aún no había usado. Bajé las escaleras con cuidado y volví a salir de la casa, sentándome en el mismo lugar que antes.
—De acuerdo, a ver...– Murmuró la ojiverde entre dientes tomando el objeto.— Bien, ya está.– Dijo con emoción al encenderla, y luego todos nos pusimos uno al lado del otro para que Maggie presione el botón.
¡Click! Fue lo que se escuchó unos segundos después. La imágen salió al instante y la saqué de la cámara con alegría. Aunque me deprimí un poco cuando ví que Maggie casi no había salido en la foto por concentrarse tomándola.
Sonreí y le mostré la imágen a ambos, que, luego de ver la fotografía, me dieron un abrazo largo y reconfortante.
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¡Ay! Me gustó mucho éste capítulo a pesar de que haya sido corto. Que bonitos Glenn, Maggie y Astrid. <3
