²⁰; ᴅᴀɴɢᴇʀ.

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Ron había ido con Rick y Carl a aprender a disparar hace un largo rato. Así que yo me quedé cuidando a Judith en la casa de Jessie, ya que, a la vez, la ayudaba a ella a hacer galletas.

—Si te digo que sé cómo hacer esto, sería una de las mentiras más grandes de toda mi vida.– Dije con inseguridad mientras la rubia me mostraba cómo preparar la masa. Ella solo rió.

—De acuerdo, tú puedes cuidar de Jude mientras yo hago la masa, pero después harás el resto. ¿Te parece bien?– Me preguntó con amabilidad, yo asentí con una sonrisa. Jessie era la persona más amable que había conocido.

Así pasamos el pequeño rato que estuvimos juntas. Judith comía puré de manzana que la rubia había preparado hace unas horas y yo de mientras iba dándole forma a las galletas. Se pasó bastante rápido a decir verdad, Jessie había terminado la masa rápidamente y yo solo debía cortarlas para ponerlas dentro del horno. Lo cual, ya se había hecho.

—Ron me habló bastante de ti cuando viniste a casa por primera vez.– Me contó ella. Yo no respondí ante el comentario. Al notar mi incomodidad, se quedó en silencio pero rápidamente cambió de tema.— ¿Glenn es tu cuñado, verdad?– Preguntó, yo asentí mientras me sentaba en la mesada.— Maggie y él hacen muy bonita pareja.

—Sí, a veces envidio que a pesar de todo este apocalipsis se amen tanto el uno al otro.– Sonreí con algo de nostalgia.— A demás, quien hubiera sabido que sería tía tan joven.– Reí levemente.

De repente se escuchó un grito proveniente de afuera. Jessie y yo nos asustamos al oír eso tan fuerte de forma tan repentina.

—Ya vuelvo. Cuida a Judith.– La mujer asintió y salí de la casa corriendo.

—¡Spencer! ¡Vuelve aquí!– Le gritaba Rick al hijo de Deanna, que estaba trepando una soga la cual se sostenía de un gancho.— Vuelve aquí ahora mismo.

—¡Vamos! ¡Deprisa!– Dijo Tara al notar como el gancho que sostenía la soga se estaba por soltar.

—Mierda.– Murmuró Grimes cuando el gancho, cómo era de esperarse, se rompió. Spencer ahora colgaba de una, probablemente, inestable soga. — ¡Carajo, Tara bájate de ahí!– Le gritó a la mujer, la cual se estaba colgando de una madera para dispararle a los caminantes que iban a atacar a el hombre.

Una vez que Monroe subió, ella solo le sacó el dedo del medio a Grimes. Con rapidez me subí a dónde Rick y el hijo de Deanna se encontraban.

—Diablos, perdí mi zapato.– Dijo él, mientras miraba sus pies.

—¿Eso es lo que te importa?– Pregunté indignada.— ¡¿Tu maldito zapato de mierda?! ¿Es enserio?

—Intentaba ayudar. Iba a conducir en un auto y los alejaría.– Se explicó aún en el suelo.

—¿Alguna vez...? ¿Alguna vez en tu vida habías trepado algo así?– Le preguntó Rick con fastidio, pero luego fue interrumpido por mí.

—Si quieres ayudar, no hagas que debamos salvarte. Nos pones en riesgo. Más de en el que nos encontramos.– Dije con firmeza mientras aún intentaba comprender por qué había hecho aquella idiotez.

—¿Tienes una idea? Genial, le dices a Rick. Así son las cosas.– Exclamó Michonne exaltada.

—¿Rick me habría escuchado?– Se defendió. Luego se levantó del suelo, intentando mostrar algún tipo de superioridad, pero no lo logró.

—Claro que no. Después de todo, tu idea era estúpida y mal planeada.– Contesté mirándolo directamente a los ojos. ¿Quién demonios se creía? Pfft, ¿intentar demostrar superioridad ante mí? Ni que fuese Taylor Swift para ser superior a Astrid Greene.

𝗪𝗼𝗻𝗱𝗲𝗿𝘄𝗮𝗹𝗹 ;; 𝘊𝘢𝘳𝘭 𝘎𝘳𝘪𝘮𝘦𝘴.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora